jueves, 31 de octubre de 2013

Bustarviejo por Venturada (27/10/13)

Tras mi parón forzoso de la semana pasada tenía ganas de volver a coger la Canyon. He tenido que cambiar mis salidas, ahora vengo desde Madrid en coche, pero la recompensa merece la pena y para cuando llegué mis compis del Club Arnelas ya me estaban esperando. Me cambié rápidamente y tras las últimas novedades y saludos, nos pusimos en marcha.

Como últimamente, se formaron dos grupos, unos que hacíamos la ruta propuesta en el foro y los que preferían hacer lo clásico, Aun así fuimos todos juntos hasta Soto por el carril bici tratando de coger ritmo e ir soltando las piernas. El día era esplendido y tras las primeras horas, sabíamos que disfrutaríamos de un día más propio de la primavera que del ya entrado otoño.

Foto: rodando con la Canyon.

En Soto se hizo la selección, como he comentado. Por nuestra parte Juan, Kiki, Iván, Salva, Moisés, Faustino, Juanma y el gran Molto con dos amigos, seguimos dirección Guadalix. Las primeras rampas fueron a bloque. Tras llegar a la segunda rotonda, se hizo una mini selección y eso que no íbamos muy fuertes. De hecho íbamos casi de paseo. Tras pasar la rotonda de circunvalación, decidimos aflojar mucho para que fueran entrando los rezagados. Para cuando llegamos a la rotonda de Los Pinarejos, casi estábamos todos juntos de nuevo. Descenso muy tranquilo hacia Guadalix. Llegó el tiempo de rodar hasta Venturada. Salva y Kiki empezaron marcando el ritmo y tirando del grupo la mayoría del tiempo, luego creo que fueron Iván y Juan los que les relevaron antes de tomar el desvío hacia Venturada, yo con Molto hablando de temas varios. Desde primavera que no coincidíamos en ruta juntos.

Foto: el gran Goyo "Molto feroche".

Tras cruzar la carretera, unos cuantos decidimos parar para soltar lastre, los demás fueron avanzando terreno a ritmo suave. Cuando cruzamos el pueblo ya éramos nuevamente un pelotón compacto. No son grandes desniveles, pero la cuesta se hace larga. Luego hay tiempo de recuperar en el descenso hacia Cabanillas.

Foto: menudo trío de cachondos...

miércoles, 16 de octubre de 2013

Patones y el Cerro (13/10/13)

Nueva salida con la grupeta. Esta vez el día apareció amenazador y el frio hizo sacar a relucir los guantes, manguitos y perneras. Algún valiente como Juan aún se atrevió a salir de corto, de solo verle me entraban escalofríos…

Saludos a los compañeros como siempre y tras una última llamada al maestro, tras confirmar que no se apuntaba a disfrutar el paseo, nos pusimos en marcha 4 mosqueteros, Juan, Kiki, José hijo, y servidor. El resto había salido con pies en polvorosa por lo que nos quedamos solos y decidimos tomárnoslo con tranquilidad, nuestra idea era ir hasta Patones siguiendo el plan establecido.

Foto: único rayo de sol del día.
Enfilamos hacia el carril bici a ritmo muy tranquilos, pero casi saliendo del pueblo, se nos acabó la tregua, nos pasaron los Bicio y decidimos pegarnos a ellos. Menudo comienzo, así para empezar ya íbamos a plato. Nos vino bien ya que el día era bastante frio y gris, por lo que enseguida entramos en calor. Casi llegando a la BP, dimos alcance a los que habían salido con casi 5 minutos de adelanto y es que como decía Kiki éramos los sioux del Arnelas. Para evitar tumultos mayores, dejamos ir a los Bicio y  nos quedamos a cola del pelotón hasta que llegados a Soto giraron a la izquierda hacia Cerceda y nosotros cuatro continuamos hacia Guadalix.

No las tenía consigo el presi. Que si éramos una mala compañía, que si le íbamos a reventar, que si no estaba para esa distancia, que si no estaba en forma, que por qué lloran los niños, que la tierra es redonda… en fin, que pese a que la subida de Los Pinarejos la hicimos bien, en la bajada hacia Guadalix y ante lo oscuro que se veía en la lontananza, llegados a la segunda rotonda, José decide quedarse por allí, ver el duatlón y volverse pronto a casa. Pese que le dijimos de no forzar durante la ruta para que se sintiera cómodo, prefirió ser conservador y seguir con su particular puesta a punto.

Foto: venga Presi, que vamos despacito, no te asustes...

jueves, 10 de octubre de 2013

Canencia y Manzanares (6/10/13)

Mañana perfecta para salir a disfrutar de la bici con los compañeros del Club Arnelas. Mucha gente nos dimos cita en el Canto y tras los saludos y el debate semanal de la ruta (para eso tenemos el foro), nos dispusimos a afrontar una nueva jornada.

Como siempre, carril bici para dirigirnos hacia Soto. En esta ocasión el maestro casi se queda solo, nos alcanzó ya en el carril, según él nos tenía vigilados, yo creo que no controló bien el tiempo y se confió en exceso.

Buen ritmo desde el principio que nos vino muy bien para calentar las piernas ya que la mañana era fresquita. Mucha gente, calculo que éramos un grupo de más de 25 personas, lo que se hacía complicado por momentos circular todos por el carril bici. Llegados a Soto, pese a llevar a Paco en cabeza, la gran mayoría del grupo, decide tirar para lo clásico, nosotros teníamos en mente subir a Canencia por lo que tras despedirnos y desearles suerte y cuidado, enfilamos nuestra particular ruta un grupo reducido con los dos maestros, Juanma y D. José, Kiki, Paco, Rubén, Juan y yo.


Fotos: los maestros y la grupeta subiendo Los Pinarejos.

La duda nos surgió si subir directos hacia Miraflores o bajar a Guadalix y subir desde allí. La solución nos la dieron los Bicio. Llegados a la rotonda, giraron a la derecha y con ellos Paco que se pegó a ellos como un poseso. Nosotros pese a los gritos y avisos que le dimos, preferimos seguir con nuestro ritmo más pausado. Duró o quiso durar hasta la siguiente rotonda, donde dio la vuelta para volver a entrar al redil.

Foto: perfecto día de bici.

Afrontamos la subida todos muy juntos y a ritmito para que Juanma no se quedara colgado en exceso. Como sube la fräulain. Te incita a ponerte de pie y apretar a gusto y eso que como diré más tarde me tenía reservada una sorpresita.

martes, 1 de octubre de 2013

La Clásica y el Cerro (29/9/13)

Un domingo más nos dimos cita los componentes y amigos del Club Arnelas. La gran sorpresa fue encontrarnos de nuevo con un viejo amigo que parece ver la luz al final el túnel y que tanto ha sufrido para volver a ser el de antes, me refiero al maestro, amigo y compañero Juanma. Nos dio una gran ilusión volver a verle subido encima de una bici y aunque le costó un poco, como él mismo dice, desde este momento todo lo que haga es en beneficio, por lo que bienvenido nuevamente al grupo y comienza tu particular preparación.

Foto: día fresquito ayer.
Tras los saludos de rigor, optamos por ir todos juntos y hacer lo clásico para estar fechas y es que el tiempo tampoco acompañaba mucho. Hacía tiempo que no compartimos ruta con antiguos compañeros por lo que en esta ocasión coincidimos con Pepe de la Vara, Waka, ambos Josés, Chaparro y algún otro que seguro me dejo por ahí. Como la mañana era fresquita, comenzamos a soltar piernas por el carril bici dirección Soto como siempre, donde Faustino nos esperaba en el cruce dirección Cerceda.

Foto: la vuelta de Juanma con un escudero de lujo, Paco.

Con los asiduos en cabeza y tirando del grupo fuimos paulatinamente cogiendo ritmo. Por mi parte iba comentando con Juan las delicias de mi nueva montura, una flamante Canyon con cambio Di2 que me ha hecho olvidar en una salida las bondades de mi querida Pinarello, pero ya se sabe a rey muerto, rey puesto y si todas las salidas son como la de ayer, las sensaciones son más que alucinantes.

A mitad de camino entre Soto y Manzanares, nos pasó una grupeta de Colmenar, lo que encendió la mecha para que el ritmo se incrementara considerablemente. Con Luis y Jesús en cabeza y los demás achuchando bastante, las pulsaciones empezaron a subir considerablemente en particular las de Juanma que no está habituado a rodar tan fuerte, por lo que decidimos quedarnos un grupito con él a un ritmo más suave para que su rodar fuera más compensado y tranquilo. Llegamos a Manzanares, afrontamos con suavidad el repecho de los montañeros y en la bajada ya enlazamos con el resto para recorrer juntos el trecho hasta el desvío de El Boalo.

Foto: Juan, -hhmmm, ataco no ataco, subo a plato...?-

Empezaron a sonar hierros nada más girar a la derecha y rápidamente se empezaron a coger posiciones para la subida. Pasamos la localidad de El Boalo todos juntos, pero nada más afrontar la recta hacia Mataelpino, ya se hizo la criba, y eso que hicimos una subida muy, muy tranquila. Entre bromas, Carlos, Kiki, Juan, Rubén y yo fuimos devorando kilómetros. Esta vez Paco se quedó con Juanma para ayudarle en su primera subida de la temporada.



Fotos: la grupeta camino de Las Cabras.

Mucha juerga llevábamos encima y es que Kiki para eso es único. Entre risas bromas ataques a unos y a otros, apretamos un poquito al final para que Rubén nos lanzara un par de improperios y se acordara de todos nuestros familiares justo cuando llegábamos al cruce de la carretera.


Fotos: los escapados del día.

Foto: Kiki, batallador y juerguista como siempre.

Paramos un momento a esperar al resto y Juan y yo nos bajamos para ayudar al resto en la subida.

Con todos ya en grupo nuevamente, proseguimos con la subida y giramos a la derecha para afrontar el tramo final de subida a Las Cabras. Me puse en cabeza más por quitarme de en medio más que por otra cosa, momento en el que por el rabillo del ojo izquierdo vi como Rubén lanzaba un ataque y se marchaba en solitario, no me lo pensé dos veces y decidí probar mi fröilan, me fui a por él no sólo por probar la bici sino por probar también mi estado de forma. Le cogí rápidamente la rueda y tras unos metros detrás, me jugué el todo por el todo y lancé un ataque al estilo Purito. No sé las pulsaciones que llevaba ya que no tengo ciclo computador por ahora, pero lo sé perfectamente, iba a 190, a tope. Me ardían las piernas y no me entraba más oxígeno en los pulmones, pero decidí aguantar y seguir dando pedales. Por detrás oía a Rubén, pero no quería mirar. Sabía que venía justo ya que en la subida a Mataelpino se había desgastado, pero yo no iba mucho mejor, aun así me puse de meta la cima y no cejé en mi empeño. Al rato le oí que aflojaba y se fue quedando poco a poco, casi al final Carlos llegó a mi altura y coronamos juntos. Esta vez Kiki se perdió la batalla, con lo que le gustan…

Que buenas sensaciones me trasmitió la bici. Es muy fácil dar pedales, invita a seguir empujando, pero con todo eso, fui cogiendo aire poco a poco para tratar de ir bajando las pulsaciones a ritmos normales. Un breve alto para que fueran llegando los demás y sin solución de continuidad, proseguimos camino hacia Becerril.

El grupo se fue disgregando según se acercaba al pueblo y tras cruzar las calles y enfilar la subida a la presa, se habían formado 3 grupos, uno por delante a unos 100 metros, otro en el que íbamos Juan, Rubén, Carlos, Kiki y yo y el tercero con el resto de compañeros. No fuimos muy fuertes, pero a medida que nos acercábamos a la curva donde el porcentaje es mayor, fuimos paulatinamente subiendo el ritmo. Es algo sintomático, parece que cuanto más duro es el terreno más rápido nos gusta ir, por lo que tras salir de la curva a izquierdas y aún recibiendo el aire de cara, se empezaron a oír cómo los piñones bajaban de dos en dos hasta llegar casi esprintando a la entrada de la presa.



Fotos: en la presa de Navacerrada.

El cuarteto se dirigió hacia la salida de la presa donde ya esperaban los del grupo cabecero mientras que yo aprovechaba el momento para hacer unas fotos según iba llegando el resto.


Fotos: parte el grupo llegando a la presa.

Reunido nuevamente el grupo, tomamos a la izquierda para bajar hacia Moralzarzal como siempre hacemos. A la altura de la curva en el desvío hacia Becerril, Luis nos hizo una perfecta demostración de cómo tumbar hasta el extremo para tomar una curva. Ni Lorenzo es capaz de tumbar de esa manera y con ruedas tan finas, qué control de la bici y lo que es más importante, qué huevos. Está claro que donde unos vemos una hostia segura, otros aplican sus conocimientos de tantos años sobre la bici.

Pasamos Becerril, aprovechando el desnivel favorable de la carretera y como ayer era cuestión de probar las novedades del juguete, metí el 11 (nunca antes he llevado un cassette así) y me lancé a todo lo que me daban las piernas. Fui pasando compañeros como quien va sobre un serie 6 M, y lo que era más importante sin apenas esfuerzos. Encontré dos buenos aliados Kiki y Carlos. Nos pusimos a rueda y no tardó en pasar mucho tiempo cuando apareció Rubén que nos entró rápidamente a la guerra. Un suspiro tardamos en llegar a la rotonda desde el ultimo badén y es que según Rubén (ya he dicho que no llevaba ordenar alguno), llegamos a coger velocidades de 76 km/h, que podían haber sido más si hubiésemos hecho los relevos correctamente. Esto lo tenemos que entrenar este año.

Nos desviamos a la derecha y aflojamos el ritmo para que pudieran entrar los que venían por detrás a ritmo más tranquilo. En este recorrido nos encontramos con Julián (ayer era día de reencuentros) que nos dio algo sobre la rotonda pero que no llegamos a entender. Llegados al pueblo, nos dimos cuenta de lo que nos avisaba Julián, había encierros y las calles estaban cortadas al tráfico por lo que tuvimos que callejear bastante para poder salir a la carretera de Alpedrete, dar la vuelta en la rotonda y subir por el repecho del Cenador de Salvador, dirección Cerceda. Con Luis y Jesús en cabeza, como casi siempre, el ritmo iba en aumento. Pronto pidieron un relevo ya que el aire de cara empezaba a ser intenso. Juan y Kiki entraron rápidamente lo que hizo que el ritmo volviera a subir. No se dieron cuenta que venía Juanma y que el ritmo le era muy desfavorable, pero como gran campeón que es aguantó ayudado en gran parte por Paco en entrar al resguardo del grupo y llegar sin problemas y sin gastar mucho a Cerceda.

Parada en la fuente como siempre para repostar y comer algo, y con menos tiempo de descanso de lo habitual, nos pusimos en marcha, creo que había ganas de llegar a casa y evitar las nubes negras que empezaban a llegar por la sierra.

Ritmo alegre pero sin llegar a ser asfixiante. Les advertí a Kiki y Juan que se acordaran de Juanma, no era cuestión de ir a muerte, mejor aumentar poco a poco, algo que creo le vino muy bien a nuestro compi ya que casi ni se enteró. Yo por mi pate iba muy, muy cómodo y eso que no me gusta rodar, pero es que esta bici te invita a llevar piñones bajos. La cadena desliza sola por los mismos y jugar con el cambio electrónico es una gozada. Sin casi darnos cuenta ya estábamos en Soto y surgió la duda de qué hacer. La gran mayoría optó por volverse a casa y un quinteto de chalados e insaciables nos dirigimos hacia el Cerro, por lo que Carlos, Juan, Paco, Kiki y yo enfilamos hacia la subida a Los Pinarejos.


Foto: corre Kiki que vienen nubes negras...

Subida muy rápida y es que con el nuevo asfalto es una gozada. Pasamos a un par de ciclistas que merodeaban por ese mismo camino, paramos un instante antes de la rotonda de Los Pinarejos para soltar lastre, y aprovechando la nueva carretera nos lanzamos tranquilamente hacia Guadalix. Carlos y Paco se adelantaron unos metros y los demás fuimos bajando más tranquilos.

Me pasé el desvío por ir pensando en otras cosas, tuvimos que dar la vuelta en la rotonda y esta vez sí entrar en las calles de Guadalix, cruzar el pueblo y llegar hasta la fuente donde nos estaban esperando.

No llegamos a parar ya que todos llevábamos agua, así que nos encaminamos hacia la última subida del día. A ritmo suave fuimos haciendo los primeros kilómetros ya que desde el comienzo nos dimos cuenta que el aire iba a soplar de cara (como casi siempre). Llegamos todos juntos hasta el inicio de las curvas donde la pendiente se empieza a complicar. Rápidamente Kiki y Carlos nos cogieron unos metros, yo por mi parte al igual que Paco nos quedamos con Juan. Le avisé que me quedaba yo con él y que se fuera en búsqueda de los de cabeza, pero prefirió quedarse con nosotros.


Fotos: comienza el Cerro.

Al poco vimos como Kiki empezaba a dar síntomas de cansancio y perdía contacto con respecto a Carlos. Qué diferencia de subida en comparación con la de la semana pasada donde venía totalmente fundido y que gracias a Juan pude salvar dignamente, en esta ocasión me tocaba devolverle el favor a mi buen amigo, así que pusimos un ritmo más tranquilo y pudimos completar una subida que se hacía durilla por el constante aire de cara que nos entraba.


Foto: corre, corre que se me moja la fröilan y es nueva.

Solventada la subida, nos dejamos caer para recuperar piernas y afrontar el Cerrillo que en días como hoy se hace molesto y pestoso hasta más no poder. Lo pasamos igualmente y terminamos la ascensión llegando hasta el stop de Los Rancajales donde nos estaban esperando el resto.

Seguimos descenso hacia Colmenar y metros antes de llegar al repecho de Remedios, un nueva sorpresa, nos encontramos a Salva que había salido con su hija para dar una vuelta e ir cogiendo su punto, les saludamos, les dejamos a su ritmo y continuamos con la bajada hacia Colmenar a relevos entre los dos ya que por delante se nos habían escapado el terceto de cabeza.

Foto: ya es hora de salir en primer plano, no?

Tras la ruta nos dirigimos al Charly para disfrutar de una merecida cervecita, donde ya se iban los que habían obviado la subida al Cerro.

Al final unos 90 kilómetros de ruta en muy buena compañía.

La semana que viene intentaré convencerles de subir a Canencia para despedirnos de los puertos y rodar por la nueva carretera de Miraflores que ya tenemos ganas de disfrutarla. Sea lo que sea, aquí lo contaremos.


Gracias a todos.

viernes, 20 de septiembre de 2013

La Clásica y Arcipreste (15/9/13)

Nueva salida con los compañeros del Club Arnelas y un numeroso grupo que se acopló a nuestra salida. Seguimos aprovechando el buen tiempo, pero se nota que las ganas van decayendo. Propuse en nuestro foro del club una salida suave y tranquila y qué mejor que hacer la Clásica y rematarlo con la subida al hotel Arcipreste.

Rápidamente nos pusimos en marcha y como he dicho éramos un grupo muy numeroso. Nos dirigimos hacia el carril bici y ya desde primera hora los conductores nos empezaron a increpar. Cuándo se darán cuenta que los ciclistas podemos circular en paralelo por las carreteras y que por ciudad somos un vehículo más? Pues eso que cualquier día hacemos fondo y nos compramos un lanza misiles para que no nos toquen más los huevos, ya veríamos qué dicen luego…

Con el calentón nada más salir por culpa de los listos al volante, nos resguardamos a la seguridad del carril bici y comenzamos a soltar y calentar las piernas camino de Soto. Por el camino cogimos a Faustino como casi siempre y nos encaminamos con posterioridad dirección Cerceda. Ritmo muy tranquilo o eso me parecía. Iba hablando con Juan y no me daba cuenta ni de la velocidad ni del aire, ni de nada. Iba muy suelto y muy protegido al ser un grupo numeroso. Llegamos a Manzanares en un suspiro y es que cuando vas a gusto devoras kilómetros sin darte cuenta. Ni tan siquiera el repecho de Manzanares hizo que el grupo se fragmentara así que muy juntitos continuamos camino hacia el desvío de El Boalo.

Foto: de charleta con Juan.
Me gustaría hacer una mención especial a los asiduos en la cabeza del grupo y que tan bien nos llevan en el llano. Paco, Luis, Kiki, el maestro Arnelas, Lobo, Jesús, Juan, Ramón (aunque siga de vacaciones)… Es gente que se implica por el resto. Un trabajo sucio que es de agradecer y que sé lo hacen por el grupo, pero desde aquí me gustaría pedir a los demás un poquito de colaboración al respecto. Si tiramos todos un poquito se nos hace más ameno y no se cansan los de siempre, que luego bien nos gusta apretar en las subidas…

Fotos: numerosa grupeta en esta salida.

viernes, 13 de septiembre de 2013

El Atazar y el Cerro (8/9/13)

Una nueva salida con los compañeros del Club Arnelas apurando los días de buen tiempo que nos restan. En esta ocasión y con motivo de la próxima carrera del día 22 de septiembre organizada por la Federación Madrileña en la que participaremos bastantes integrantes del Club, decidimos inspeccionar el recorrido, por lo que quedamos como siempre en el canto y tras los saludos de rigor los más interesados en hacer esta ruta, nos pusimos en marcha.

En esta ocasión en vez de salir hacia el carril bici como en otras ocasiones, nos decidimos por hacer la ruta propiamente dicha y salimos por la carretera de Remedios. Sin casi tiempo de calentar las piernas, nos enfrentamos ya de salida al primer repecho que nos llevaría hasta la base de helicópteros y nos calentó de lo lindo. El repecho de bajada por Remedios nos dio un breve descanso hasta que la carretera se volvió a empinar de nuevo y nos llevó hasta el descenso del cerrillo donde ya cada uno dio rienda suelta a sus ansias de velocidad.

Foto: mañana fresquita de bici.

Apretamos cada uno a su gusto hasta coronar el breve repecho del cerro y desde ahí descenso rapidísimo hacia Guadalix. Se formaron 2 grupetas los rápidos y los que nos lo tomamos más tranquilamente sobre todo siendo tan temprano. A estos últimos nos costó entrar y enlazar con los de delante, pero el buen hacer y rodar del maestro nos impulsó lo suficiente para coger al grupo cabecero. Con todos ya reagrupados, cruzamos por las calles de Guadalix y nos dirigimos a la salida del pueblo dirección Torrelaguna.


Foto: subiendo hacia el Cerro.

jueves, 15 de agosto de 2013

La Barranca (11/8/13)

               Nueva jornada con los compañeros del Club Arnelas. Mucha gente para la época en que estamos y se supone muchos estarían de vacaciones. Nos juntamos una gran grupeta en el canto y tras el consenso generalizado se optó por la ruta propuesta en el foro del Club, subir a La Barranca, pero con una variante, hacerlo por Las Cabras.

Nos pusimos en marcha a la hora prevista tras unos minutos de cortesía por si llegaba el maestro, no lo hizo, le echamos de menos. Creo que se encuentra en modo de transición como me comentó Ramón. Mucha bici para preparar la QH y ya empiezan a notar el hastío de tanto pedal.

Foto: perfecto día de bici.

Como siempre a ritmo muy tranquilo y charlando con Juan, nos dirigimos hacia el carril bici para seguir dirección Soto, recoger a Faustino por el camino y enfilar dirección Cerceda. Venía emparejado con Juan charlando animadamente, como a mitad de grupo y muy cómodo. Hacía tiempo que no me situaba tan atrás en la grupeta, lo que hizo que se me pasara rapidísimo el tramo hasta Manzanares. Como siempre en la rotonda de los montañeros el grupo se deshizo un poco, pero dado a que veníamos muy tranquilos, se logró compactar rápidamente y cubrimos los pocos kilómetros que nos quedaban del desvío de Mataelpino todos juntos nuevamente.

Foto: Con Juan encabezando el grupo.

Metros antes del desvío, anunciamos la buena nueva y con Rubén y Paco a la cabeza, pese a algunas quejas por incrementar la dureza del recorrido, tomamos el desvío hacia la subida a Mataelpino. Como decía Jesús al terminar la ruta, la subida ya comienza en ese primer repecho, y es que pronto comenzaron las hostilidades. Este repecho tiene efectos acelerantes en una grupeta y es que no llego  a saber por qué, el ritmo se acentúa de manera significante. No sé si es por pasar El Boalo o antes posible o si hay muchas ganas de llegar a la cima cuanto antes mejor, el caso es que el grupo se empezó a estirar y a fragmentar. Como he dicho me encontraba junto a Juan en la parte media, lo que hizo nos quedásemos cortados de un grupo cabecero que poco a poco nos fue ganando metros.

Ya pasados El Boalo y al enfilar la larga recta de subida hacia Mataelpino, se vio perfectamente las intenciones de cada uno. Como era imposible llegar al grupo que iba por delante, me dediqué a tomar unas cuantas fotos del grupo, por lo que con un ritmo suave, el abuelo Elías me dijo de subir tranquilos, me puse en cabeza junto con Juan y encabezamos al grupo hasta llegar al stop de Mataelpino. Una vez allí, giramos a la izquierda y afrontamos la parte final de la subir que nos llevaría a la cima de Las Cabras.


Fotos: la grupeta subiendo Las Cabras.

martes, 6 de agosto de 2013

Abantos (4/8/13). Reto C.I.M.A.


Un nuevo domingo de ruta con los compañeros del Club Arnelas tras el parón de la semana pasada. Como ya habíamos quedado, y me rondaba hace tiempo por la cabeza, teníamos previsto subir Abantos, pese a las indicaciones y advertencias por parte de Salva.

Como siempre quedamos en El Canto muy temprano para intentar evitar el duro calor que ya se hace notar y mucho, me volví a quemar cual guiri en la playa. Demasiadas bajas y pocas ganas de rodar. Notaba un desencanto generalizado y es que fue mencionar la subida de Abantos y la gente empezó a murmurar y a rajarse, que si está muy lejos, que si es muy duro, que si el firme no está bien, que si estamos a final de temporada… Final de temporada? Pero si lo mejor acaba de empezar. Cuando vas a subir los puertos en invierno con frío? El caso es quejarse…

Con todo y con eso el consenso general fue ir hacia Guadarrama y una vez allí ya se vería lo que finalmente haríamos, por lo que como siempre nos dirigimos hacia el carril bici para empezar a soltar las piernas.

Como llevábamos muchas bajas, en especial los denominados cabezas del pelotón D. José y Ramón, especialistas en tirar del grupo, me emparejé con Juan y comenzamos a marcar un buen ritmo. A mí me parecía normal, plato pequeño y mucha cadencia, en las bajadas dejarnos caer y velocidad, pues la gente iba por detrás piándolas, que si muy rápido que donde íbamos a esas horas, en fin que o estoy como un toro o los demás han tirado la toalla.

Foto: rodando por el carril bici.

Aflojamos un poco la marcha, recogimos a Faustino llegando a Soto, y nos desviamos dirección Cerceda. En un principio seguí marcando el ritmo con Juan, hasta que los más interesados en regularizar la marcha se pusieron en cabeza y marcaron otro ritmo más tranquilo. Lo de tranquilo es un decir, ya que no se dan cuenta que llaneando van muy fuerte o ellos no se dan cuenta. Recorrimos la distancia que nos separaba de Cerceda a muy buen ritmo, es más, en el repecho de los montañeros en Manza, tuvimos que aflojar en el descenso ya que el grupo había reventado por todas partes. Fue el primer aviso.

Foto: numerosa grupeta.

Foto: ayer con los colores del Fugitive Test Team.

jueves, 25 de julio de 2013

Alto de La Jarosa (21/7/13)

Tras nuestra aventura en la marcha Pedro Herrero, volvíamos a salir con los compañeros del Club Arnelas. La ruta oficial del calendario marcaba El Berrueco, pero me parecía poca cosa para estas alturas de temporada donde estamos a tope y con ganas de aprovechar el buen tiempo para subir puertos.

Como siempre nos citamos en El Canto. Muchos compañeros y otros que fueron llegando poco a poco. Juan decidió cambiar la carretera por la montaña por lo que se fue con la sección de las ruedas gordas (me dijo que le trataron de lujo, no me esperaba menos…). Así que tras una pequeña deliberación el grupo se partió en dos mitades, unos salieron por delante , desconocíamos la ruta, el resto, Paco, Ramón, Antonio, Rubén, su tío Luis, Jesús, Kiki, servidor y un nuevo compañero del Club Colmenar que se llama Carlos, optamos por la variante de  La Jarosa.

Nos pusimos en marcha hacia el carril bici. Como siempre fuimos a ritmo suave para ir calentando las piernas dirección Soto para una vez llegados allí, incorporar a Faustino a nuestro grupo y tomar dirección Cerceda. Iba con Kiki en cabeza tirando del grupo y rápidamente empezamos a ganar velocidad, y es que a Kiki se le van los pedales cuando va en cabeza. Pusimos un ritmo rápido para ser primera hora del día, lo que hizo que Ramón tomara las riendas junto a Jesús antes de la rotonda del gato y marcar un ritmo más tranquilo.

Foto: parte de la grupeta de ayer.

Pasamos Manzanares y continuamos a buen ritmo hacia Cerceda. Tras pasar por la circunvalación, nos dirigimos hacia Becerril con Ramón y Carlos en cabeza. Pronto el ritmo empezó a  decaer ante la imperceptible pero constante subida hacia Becerril. Justo antes de llegar a la zona del repecho, nos pareció ver a los lejos a la otra grupeta que nos había precedido en la salida. Misteriosamente aumentó el ritmo de subida. No sé si por llegar a la grupeta para confirmar nuestras sospechas o por satisfacer nuestras ansias de persecución. El caso es que a mitad de repecho les dimos alcance. Kiki, Carlos y Paco en cabeza tirando del grupo. Coronamos el repecho y paramos donde siempre a esperar al resto del grupo.

Foto: hoy nueva indumentaria.

viernes, 19 de julio de 2013

V Marcha Pedro Herrero (14/7/13)

Un año más nos apuntamos a este grandioso evento que tiene lugar por nuestra zona. Una de las mejores marchas que se pueden realizar dentro de nuestra comunidad y como prometí el año pasado, no dudé en volver a realizarla.

A diferencia del año anterior únicamente 2 componentes del Club Arnelas nos apuntamos para dicho evento, Juan y servidor.

Llegamos prontito para evitar las aglomeraciones y para buscar un buen lugar de aparcamiento. Una vez en Moralzarzal ya empezamos a ver los primeros coches portando flamantes bicis y algún que otro ciclista rodando para ir calentando motores. Por nuestra parte, los últimos retoques, instalar dorsales y chip, ataviarnos con nuestro uniforme de gala y con todo ya listo  y en perfecto estado de revista, nos dirigimos hacia la salida justo en la plaza de toros.

Poco a poco fue llegando gente y situándose en la línea de salida. Yo aproveché un momento para saludar a mi amigo Enrique fugitive Sevilla y charlar un rato con él. Lástima no haber llevado la cámara para inmortalizar el momento. Tras un rato de espera y momentos antes de la salida, apareció Toni con su maillot de campeón del mundo. Estuvimos un rato charlando y al poco tiempo comenzaron las instrucciones para dar comienzo la marcha.

Como en años anteriores, estábamos divididos en dos grupos, el A o grupo de los rápidos  y el B o grupo de me lo tomo con tranquilidad que no voy a ganar ninguna medalla… Obviamente nosotros estábamos en el grupo B. Se trata de una marcha para disfrutar del ambiente y de poder rodar tranquilamente, sin agobios y sin coches que te pasan rozando y gritando.

Tras la salida del grupo A, nos tocó el momento a nosotros. Si hay una cosa que caracteriza esta marcha es su organización. Es increíble la sensación de protección y bien hacer a medida que vas rodando y pasando rotondas y localidades que en condiciones normales has de ir con mil ojos. Pues en esta ocasión, desde que salimos hasta que llegamos, pese a no estar el tráfico totalmente cerrado, el control y la protección al grupo fueron constantes y primordiales. La libertad y comodidad que suponía ocupar la totalidad del carril por el que circulábamos sin que las motos de la Guardia Civil te agobiasen, es una de las cosas por las que esta marcha merezca la pena y por las que seguramente me hagan volver año tras año.

jueves, 11 de julio de 2013

Los Molinos por La Serranilla (30/6/13)


Nueva salida con los compañeros del Club Arnelas ya con el resto, después de la preparación exhaustiva para la QH. Tras casi 3 semanas sin bici tenía ganas de volver a disfrutar de este magnífico deporte.  Nos citamos como siempre en El Canto muy prontito y tras unos minutos de espera, nos pusimos en marcha dirección a Soto por el carril bici como siempre.

Magnifica temperatura en  el día de ayer. Ya parece que se ha estabilizado la situación climatológica, y la temperatura rondaba los 20º desde primera hora de la mañana. Nos dirigimos hacia Soto, soltando las piernas y comentando las diferentes historias que nos contaban nuestros compañeros que habían hecho la QH la semana anterior. Salva, el gran ausente de la jornada por un tirón de última hora se perdió una gran jornada de bici al igual que el maestro, quien se quedó en el stand que montó Bicicletas Arnelas con motivo de las 8 rutas que se celebraban en Colmenar.

Casi sin darnos cuenta llegamos a Soto y giramos a la izquierda para enfilar la carretera que nos llevaría a Cerceda a un ritmo bastante alto para primera hora de la mañana. Siempre Paco y Ramón tirando del grupo y luciendo sus merecidos maillots ganados en la QH. En la rotonda de Las Chapas, Juan y yo les dimos un relevo ya que por detrás el resto parecía no estar por la labor de colaborar mucho. Cómo se nota que faltan los jefes Revilla y Antonio.
Foto: Paco y Ramón tirando del grupo


Nuevo relevo por parte de Paco y Ramón que nos llevó hasta casi la rotonda de los montañeros pasado Manzanares, donde el repecho hizo que se partiera el grupo. Aflojamos un poco el ritmo para que fueran entrando las distintas unidades y nuevamente a relevos llegamos hasta Cerceda.

Tomamos dirección Becerril y afrontamos el tramo en constante subida a un buen ritmo. Fue en el tramo donde la carretera se empieza a empinar donde Paco y yo pusimos un ritmo bastante alto que hizo fragmentar el grupo, a unas velocidades casi de 26 km/h, y es que tenía muchas ganas de apretar fuerte después de tan largo parón, algo que a lo largo del día me pasó factura.
Foto: la grupeta de ayer.

Llegados al alto, hicimos una breve parada para que llegaran el resto de compañeros y ya con todos juntos nos lanzamos en un rápido descenso hacia Collado Mediano para atravesar dicha localidad y enfilar la subida a La Serranilla.

El grupo se había fragmentado un poco en el descenso, tomando una ligera ventaja un grupeto donde estaban Paco, Ramón, Faustino, Basilio, Elías y algún otro que no llegué a reconocer en la distancia. Llegado a mi altura, Juan me dice que apretemos un poco para enlazar con ellos, le comento que no es necesario, que a menos de 80 metros en la próxima curva a la derecha, hay un repecho que hará aminorar la velocidad considerablemente. Nos vino muy bien esta ruta para preparar la Pedro Herrero que tendrá lugar en 2 semanas.

Como mis cálculos me habían confirmado, nada más girar a la derecha, se empiezan a oír sonidos de cambio, cambios a bloque de plato y toques cada vez más urgentes ante el repecho que nos encontramos. En un principio vamos todos muy juntos, pero rápidamente la preparación de la QH salió a relucir y empezamos a sacar ventaja. Llegamos a la rotonda, y nos dirigimos hacia Los Molinos. Gran parte del grupo hizo trampa y acorto por la calle de la estación, lo que les ahorró unos cuantos metros que neutralizamos rápidamente ya que Antonio y Faustino nos habían seguido por el camino correcto y se estaban quedando rezagados.

Foto: subiendo por La Serranilla.

Con todos nuevamente reagrupados, continuamos la marcha y nos enfrentamos a la subida que nos llevaría hasta el Hotel Arcipreste. Poco duró el grupo unido y es que Paco, Elías, que manera de subir la de este hombre, y yo pusimos un fuerte ritmo al que no nos pudieron seguir.

Malos compañeros de subida me busqué. Elías iba con el plato y me sorprendió su manera de subir. Muy atrancado por el largo desarrollo, pero muy constante en la pedalada.  El que va fenomenal es Paco, ha mejorado mucho en su cadencia, no se le ve tan atrancado como al principio de temporada, lo que le hace ir mucho más alegre. Pude seguirles casi hasta 100 metros del alto, justo antes del muro de cemento que hay a la derecha. Quise exprimirme para ver qué tal iba y creo respondí a mis expectativas, seguramente el día de la marcha Pedro Herrero no lo subiré igual.

Foto: subiendo hacia el hotel Arcipreste.

Paco nos dejó a Elías y a mí y se fue en solitario hacia la cima, y por mi parte tenía a Elías como referencia y fiel a mi estilo, guardé un poco para el punch final, lo que me dio suficiente para llegar a su altura instantes antes de llegar a la cima donde vi a Paco dar media vuelta y bajar en busca de los compañeros. Hice lo propio tras rodar un poco y recuperar el pulso. Media vuelta y para abajo para tratar de ayudar un poco a los compis que venían blasfemando de lo lindo como era el caso de Faustino.

Ya en el alto todos reagrupados, hicimos una breve pausa para comer algo y nos lanzamos hacia Becerril en un descenso rapidísimo y sin apenas tráfico, cosa que me sorprendió mucho. Paramos en Becerril para que el grupo se volviera a juntar ya que cada uno baja a su ritmo. Fue en el descenso hacia la rotonda de Cerceda donde Paco tuvo un rifirrafe con una conductora. No paraba de pitar la susodicha e increparnos por circular al igual que ella, para tras adelantar a un pequeño grupeto donde se encontraba Paco, girar a escasos metros después. Mucha prisa y muy poco sentido común el que demostró la conductora. Tal fue el cabreo de Paco que dio media vuelta en busca de la conductora, pero como suele pasar en estos casos, se dio a la fuga como es lo habitual.

Llegados a la rotonda, tomamos dirección a Moralzarzal para atravesar dicha localidad como siempre solemos hacer cuando decidimos meter más kilómetros a la ruta, para proseguir dirección Cerceda a un buen ritmo. En este punto de la ruta, los habituales pararon al desayuno quedándonos un cuarteto compuesto por Paco Ramón, Juan y servidor.

Tras una breve parada en la fuente para rellenar los bidones, nos pusimos en marcha dirección a Soto para con posterioridad seguir hacia Guadalix y afrontar la última subida del día, El Cerro.

Buen ritmo durante el tramo llano, fuimos entrando a relevos los cuatro. Esta vez me tocó con Ramón y me hizo sufrir más de la cuenta ya que llaneábamos a 35km/h. Mi miedo era si mis piernas tras el parón, me iban a responder en la subida del Cerro. Llegamos a Soto y acometimos la subida a Los Pinarejos. Fue Juan quien tomó una ligera ventaja con respecto al resto. Le alcanzamos pasado el túnel del AVE y es que por mi parte, decidí no empezar a forzar más de la cuenta ya que las piernas me empezaban a dar síntomas de cansancio.

Llegamos todos juntos al alto y aproveché la bajada a Guadalix para tomarme mi gel milagroso que sabía me iba a hacer mucha falta en la subida final. Nos dejamos caer hacia Guadalix, cruzamos el pueblo y paramos a petición de Juan y Ramón en la fuente.

Comencé la subida muy receloso y con bastantes dudas. Avisé que no iba muy fino, a lo que Ramón asintió y propuso una subida tranquila y sin ataques, pero ya nos conocemos y a esta altura de la temporada, no hay treguas que valgan. Subimos a plato y a buen ritmo hasta el falso llano previo a la curva de derechas que marca el comienzo de la parte dura. En ese punto decidí más por miedo que otra cosa en quitar el palto y marcar una subida suave y con cadencia. Mis compañeros rápidamente abrieron hueco, en especial Paco y Ramón que hicieron una gran subida.  A Juan le vi aguantar el plato hasta el alto y es que lo hemos entrenado muchas veces y es como si no lo haces a plato ya no tiene gracia. Pude exprimirme un poco los últimos metros, pero aun así, y pese a subir con recelo decidí que no pasaría del 24 como máximo.

Me dejé caer en búsqueda del Cerrillo con Juan como referencia y con Paco y Ramón ganando terreno con gran facilidad a un grupo de ciclistas que como nosotros transitaban por estas carreteras pese al calor que a esas horas hacía. Superado el Cerrillo no sin esfuerzo para mis cansadas piernas, logramos enlazar con los de delante y a bloque nos dirigimos hacia la bajada de Remedios. Un último esfuerzo para superar el repecho, pero pese a mi insistencia, me faltaron 10 metros para finalizarlo como me gusta, apretando desde la señal de curva peligrosa hasta haber coronado, y es que ya no me quedaban fuerzas.

En fila de a uno y en cortos y rápidos relevos, recorrimos a gran velocidad la distancia que nos separaba de Colmenar, aún nos quedó ganas para un último sprint al cruzar el puente sobre la M-607. Fue Ramón quien lo inició, pero tanto Paco como yo con la inercia con la que veníamos le pasamos antes de la rampa para terminar casi a la par la ruta de ayer.

Llegados al punto de salida, nos dirigimos hacia el stand del Club en la plaza de toros para saludar a los compañeros que por allí se encontraban y tras un par de fotos, nos tomamos una merecida cerveza y dar así por concluida una etapa de 105 kms.


Fotos: el Club Arnelas en la explanada de la plaza de toros.

La semana que viene una de puertos, Morcuera y Cotos. Lo que sea aquí lo contaremos.

Gracias a todos.