Una nueva salida con los
compañeros del Club Arnelas apurando los días de buen tiempo que nos restan. En
esta ocasión y con motivo de la próxima carrera del día 22 de septiembre
organizada por la Federación Madrileña en la que participaremos bastantes
integrantes del Club, decidimos inspeccionar el recorrido, por lo que quedamos
como siempre en el canto y tras los saludos de rigor los más interesados en
hacer esta ruta, nos pusimos en marcha.
En esta ocasión en vez de salir
hacia el carril bici como en otras ocasiones, nos decidimos por hacer la ruta
propiamente dicha y salimos por la carretera de Remedios. Sin casi tiempo de
calentar las piernas, nos enfrentamos ya de salida al primer repecho que nos
llevaría hasta la base de helicópteros y nos calentó de lo lindo. El repecho de
bajada por Remedios nos dio un breve descanso hasta que la carretera se volvió
a empinar de nuevo y nos llevó hasta el descenso del cerrillo donde ya cada uno
dio rienda suelta a sus ansias de velocidad.
Foto: mañana fresquita de bici. |
Apretamos cada uno a su gusto
hasta coronar el breve repecho del cerro y desde ahí descenso rapidísimo hacia
Guadalix. Se formaron 2 grupetas los rápidos y los que nos lo tomamos más
tranquilamente sobre todo siendo tan temprano. A estos últimos nos costó entrar
y enlazar con los de delante, pero el buen hacer y rodar del maestro nos impulsó
lo suficiente para coger al grupo cabecero. Con todos ya reagrupados, cruzamos
por las calles de Guadalix y nos dirigimos a la salida del pueblo dirección Torrelaguna.
Foto: subiendo hacia el Cerro. |
Aquí el rodar fue muy bueno, sin forzar en
exceso fuimos calibrando las piernas para la larga ruta a la que nos enfrentábamos.
Kiki y Luis nos llevaron a un ritmo muy cómodo hasta el puente de la A-1 y
nuevamente en el descenso, cada uno puso su particular ritmo de bajada hasta
que nos volvimos a juntar antes del repecho de Redueña, el cual pasamos mucho más
tranquilos que la semana pasada. Nos dejamos caer hacia Torrelaguna y llegados
al cruce aflojamos y paramos un poco para darle tiempo a Salva para que
volviese a enlazar con nosotros.
Fotos: rodando hacia Torrelaguna. |
Cruzamos Torrelaguna y nos
dirigimos hacia Patones primero y la subida del Atazar después. Ritmo muy
tranquilo el que marcaron Lobo y Luis hasta llegar a la primera rampa que
marcaba el inicio de la ascensión. Aun así aguantaron como dos campeones hasta
pasar dicho repechón al 7-8% que te calienta bien las piernas. El día de la
carrera este tramo será cronometrado por lo que las hostilidades se desataran
en este punto. Tanto Lobo como Luis se fueron abriendo poco a poco y los
escaladores nos pusimos en cabeza de pelotón para marcar el ritmo.
Fotos: camino del Atazar. |
Kiki, Carlos ilimitado, Carlos, Paco y yo nos pusimos a marcar el ritmo en
cabeza. La parte más dura de la subida llega a marcar un máximo del 12% y se
hace duro de veras, afortunadamente no es por mucho tiempo, escasos 500 metros.
Una vez pasado este suplicio la pendiente desciende considerablemente. Pese a
que el ritmo no era muy fuerte el grupo se fue fragmentando poco a poco con
Kiki y Carlos ilimitado por delante,
Carlos, Paco y yo a unos 50 metros y el resto por detrás en un constante goteo.
Fotos: la parte más dura e la subida. |
Mi grupo se limitó a guardar
fuerzas el resto de la ascensión. A lo lejos veíamos como Carlos ilimitado, iba dejando poco a poco a
Kiki e iba abriendo un pequeño hueco entre ambos. Creo que el otro Carlos, más
temeroso por no conocer bien la subida, podría haber ido con ellos, pero
decidiño quedarse con nosotros. A un ritmo constante fuimos terminando con el
resto de la ascensión y para cuando llegamos a la parte casi llana, le
advertimos Paco y yo de meter el plato y tratar de coger a Kiki. Le pasamos
como a 50 metros del mirador donde ya nos esperaba Carlos.
Paramos para que fueran entrando
los demás, para comer algo y reponer fuerzas ya que nos quedaba un continuo
rompepiernas por delante. Cuando ya estuvimos todos listos, un par de fotos y
emprendimos la marcha nuevamente.
Fotos: en el mirador del Atazar. |
Un terreno muy apestoso.
Constantes subidas y bajadas. Alguno bromeaba con la posibilidad de subir al
pueblo del Atazar con su temible rampa al 14-15%, le dijimos que lo dejara para
otro día, que no íbamos a llegar a la salida de Alonso en la F1.
Cuando la carretera dejó de
subir, aprovechamos el rápido descenso que nos llevaría hasta el desvío de
Torrelaguna y de El Berrueco donde ya estaban esperando los más rápidos.
En este punto surgió la duda. La
gran mayoría quería volver por Torrelaguna así que el maestro, Paco, Luis,
Lobo, Antonio y algún otro que no recuerdo su nombre, tomaron por esa ruta. Los
demás decidimos continuar la ruta de la marcha y dirigirnos hacia el Vellón
donde nos esperaban Carlos y su amigo Dani que habían adelantado camino.
Parada para repostar agua y afrontar
la subida hacia La Cabrera la cual nos la tomamos con calma ya que Salva venía
muy tocado. Al final Kiki decidió quedarse con él e ir más despacio pudiendo
los demás poner un ritmo más rápido.
Llegados a La Cabrera, tomamos dirección
hacia Valdemanco y nos enfrentamos a un nuevo rompepiernas. Aun así lo hicimos
a muy buen ritmo. Creo que había ganas de llegar pronto al desvío que nos
bajaría hacia Cabanillas y Navalafuente donde nos dejamos prácticamente caer
pero sin dejar de darle a los pedales.
Llegados al desvío, giramos a la
izquierda hacia Navalafuente y evitar así la dura subida hacia Las Canteras.
Cruzamos sus calles nuevas y perfectamente asfaltadas durante ese verano y
nuevamente nos dejamos caer hacia Guadalix, momento que aproveché para echar
mano a mi gel milagroso que me ayudase a subir con garantías el cerro. Llegados
a la rotonda antes de entrar en el pueblo, Carlos ilimitado tomó dirección Soto para ir hasta Navacerrada y completar
su dura preparación para el triatlón que tiene el próximo mes.
Mucho caos en las calles y es que
se veía y sentía el aroma a fiestas de este pueblo. Esquivando coches,
peatones, niños y todo lo que circulaba por las calles, logramos llegar a la
fuente y hacer una última parada antes de afrontar la subida.
Rellenamos los bidones con lo
justo para un par de kilómetros, no es cuestión de llevar lastre demás, y nos
pusimos en marcha. Llevaba las piernas bastante castigadas ya que desde el
Berrueco venía en cabeza marcando la ruta, sólo Juan y yo habíamos rodado por
esas carreteras, por lo que era una duda cómo me encontraría de fuerzas.
Foto: comienza la subida del Cerro. |
Juan, Carlos, Dani y yo
comenzamos la subida con buen ritmo. Hablamos de ir tranquilos, pero ya nos
conocemos pero con el cerro y al final de la jornada ya se sabe, no hay amigos
por lo que con el plato metido, hasta donde pudimos, que por mi parte fue la entrada
a los servicios de Renfe, donde decidí aflojar un poco el ritmo y darle tiempo
a Juan a que me enlazara.
Por delante Carlos y Dani fueron
abriendo un pequeño hueco. A la salida de la curva a derechas justo cuando
empieza el muro como lo llama Juan,
vemos a Dani que echa pie a tierra al salírsele la cadena por cambiar del plato
grande al pequeño. Error de principiante. No te preocupes, a los demás nos ha
pasado montones de veces y en el mismo sitio. Son cosas que se aprender con el
tiempo y con las miles de veces que hemos rodado por esta carretera esta
temporada.
Foto: no puedoooorrrrrrrrrr!!!!! |
Como la avería no era gravísima,
pasé a Dani y traté de centrarme en lo que me quedaba de subida y en las pocas fuerzas que empezaban a
aplicar mis cansadas piernas a los pedales. El día de la marcha, tendré que
regular mucho mejor y buscar una buena rueda que me traiga fresco hasta aquí.
Con más sufrimiento de lo
esperado por los casi 100 kms que llevaba en las piernas, coroné el cerro y me
dejé caer recuperando y dando tiempo a que Juan enlazara nuevamente. No sé si
se paró a ayudar a Dani o es que soy muy malo mirando para atrás (seguramente esto
último), pero no lograba situarle por lo que continué con la ruta tratando de
no forzar mucho las piernas para afrontar con garantías el cerrillo.
Penúltimo calentón del día. Con un ciclista
que llevaba por delante como referencia pasé lo más rápido que pude por este
suplicio. Algo le oí murmurar cuando le pasé sobre el plato o de la velocidad,
pero la verdad no estaba para oír nada. Quería llegar lo antes posible al stop.
A lo lejos Carlos me marcaba la distancia a recorrer y traté de usar las pocas
fuerzas que me quedaban en llegar lo antes posible. Dani me pasó a 60 metros
del stop y fue un alivio poder seguir su rueda hasta la llegada, donde sin
llegar a bajarnos de la bici esperábamos a Juan que lo hizo rápidamente y
siguió sin llegar a parar.
Le cogimos rueda y nos hizo todo
el trabajo sucio hasta el repecho de Remedios. Aproveché ese descenso para
oxigenar las piernas y poder lanzar mi ataque en dicho repecho como últimamente
tanto me gusta. Llegados a mi punto estratégico, salté del grupo para coronar
primero pero Carlos oyó el dichoso y agobiante ruido me mi bici (se hizo odioso
en el día de ayer) y me cogió muy bien la aspiración para batirme. Las piernas
cuando llegué arriba me iban a reventar. Tremendo dolori di gamba como dice Goyo. Menudo calentón para terminar.
Los kilómetros finales los
hicimos prácticamente dejándonos y sin forzar en absoluto. Ya no había más de
donde sacar. Llegados a Colmenar cada uno para su casa a ver la salida de
Alonso, no había tiempo para una cervecita. Otro día será.
Al final una muy buena ruta que
nos ha servido muy bien como preparación para el día de la marcha.
La semana que viene, de momento
no tenemos ruta fijada, pero alguna saldrá. Como siempre lo que sea de esa
salida, aquí lo contaremos.
Gracias a todos.
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