jueves, 10 de octubre de 2013

Canencia y Manzanares (6/10/13)

Mañana perfecta para salir a disfrutar de la bici con los compañeros del Club Arnelas. Mucha gente nos dimos cita en el Canto y tras los saludos y el debate semanal de la ruta (para eso tenemos el foro), nos dispusimos a afrontar una nueva jornada.

Como siempre, carril bici para dirigirnos hacia Soto. En esta ocasión el maestro casi se queda solo, nos alcanzó ya en el carril, según él nos tenía vigilados, yo creo que no controló bien el tiempo y se confió en exceso.

Buen ritmo desde el principio que nos vino muy bien para calentar las piernas ya que la mañana era fresquita. Mucha gente, calculo que éramos un grupo de más de 25 personas, lo que se hacía complicado por momentos circular todos por el carril bici. Llegados a Soto, pese a llevar a Paco en cabeza, la gran mayoría del grupo, decide tirar para lo clásico, nosotros teníamos en mente subir a Canencia por lo que tras despedirnos y desearles suerte y cuidado, enfilamos nuestra particular ruta un grupo reducido con los dos maestros, Juanma y D. José, Kiki, Paco, Rubén, Juan y yo.


Fotos: los maestros y la grupeta subiendo Los Pinarejos.

La duda nos surgió si subir directos hacia Miraflores o bajar a Guadalix y subir desde allí. La solución nos la dieron los Bicio. Llegados a la rotonda, giraron a la derecha y con ellos Paco que se pegó a ellos como un poseso. Nosotros pese a los gritos y avisos que le dimos, preferimos seguir con nuestro ritmo más pausado. Duró o quiso durar hasta la siguiente rotonda, donde dio la vuelta para volver a entrar al redil.

Foto: perfecto día de bici.

Afrontamos la subida todos muy juntos y a ritmito para que Juanma no se quedara colgado en exceso. Como sube la fräulain. Te incita a ponerte de pie y apretar a gusto y eso que como diré más tarde me tenía reservada una sorpresita.


Llegamos todos a la rotonda de Los Pinarejos y al ser pocos nos dejamos caer de manera controlada hasta Guadalix, donde tomamos el desvío dirección Miraflores, afrontando lo que podríamos denominar la subida larga a cualquiera de los puertos que salen desde esta localidad, Morcuera y Canencia.

Muy juntitos, a buen ritmo, tranquilos, sin prisas, charlando y de bromas con Kiki como siempre de protagonista. Llegados a un punto de la subida el maestro me pregunta por el cassette que lleva la bici. – Un 11-28, desarrollo para montaña-, le respondo. No se queda muy convencido y quedamos en comprobarlo luego cuando tengamos oportunidad, según él no le parece como tal. Seguimos subiendo con Juanma sufriendo con ganas como él dice, y casi sin darnos cuenta ya divisamos la salida a la carretera de Miraflores. Continuamos hacia el pueblo y metros antes de llegar a la curva de derechas, se obra el milagro. Por arte de magia, o más bien con el dinero de los contribuyentes, el asfalto antaño roto, desquebrajado e intransitable, se ha convertido en una alfombra de asfalto de color oscuro que te invita a rodar suave, seguro y sin aparente esfuerzo. Lo que antes era un sufrimiento por tener que ir esquivando baches y socavones, se ha convertido en un paseo en bicicleta al más puro estilo verano azul. Algunos todavía dirán que es un tramo duro ya que la pendiente roza el 6-7%, qué más da, ni te enteras, vas tan a gusto sobre la bici que la pendiente es lo de menos.

Seguimos ascendiendo y Paco nos tira el órdago de cambiar la ascensión a Morcuera, se hubiese quedado solo, no era nuestro plan, así que llegados a la bifurcación tomamos a la derecha y afrontamos el rampón. Me puse de pie metí todos los piñones y apreté con ganas para probarme y para pasar el repecho lo antes posible. Me siguió Paco y juntos llegamos a la zona donde la pendiente suaviza un poco junto en el momento en el que llegaba Kiki. Me pareció extraño avanzar tanto, tan rápido y con tanta fuerza…

Fotos: comienza la ascensión a Canencia.

Aflojamos un poco y fueron llegando los demás. Todos juntos nuevamente pasamos la zona de casas y enfilamos la subida o la primera parte que es más suave y casi sin esfuerzo. Juanma nos advirtió que él prefería subir a su ritmo y que no nos quería lastrar a los demás. Aprovechando el ultimo descenso antes de la verdadera subida, Kiki y yo nos distanciamos un poco del grupo y emprendimos la subida en solitario. Nos propusimos una subida con Cadencia así que metimos todo y empezamos a subir a buen ritmo. Como no llevo pulsómetro ni contador, no sabía muy bien en los parámetros que me movía, así que decidí ir por sensaciones que realmente eran excelentes.


Fotos: cada uno sube como puede. Vamos chicooooosssss!!!!!

A un kilómetro y medio de la cima, Kiki me empezó a soltar poco a poco. Me di cuenta que pese a llevar todo metido, mi cadencia no era la misma que la suya pese a llevar el mismo desarrollo, así que en vez de cebarme, preferí poner mi ritmo e ir paulatinamente progresando en la ascensión. En la última curva de herradura la izquierda, la diferencia había disminuido a unos 20 metros. Traté de echar el resto y llegar a mi compi, pero me faltaron 15 metros. Me llevaba controlado por el rabillo del ojo, y aun habiendo llegado lo hubiese hecho sin fuerzas, por lo que su primer puesto era más que merecido.

Foto: grande Kiki....

Paramos en la fuente tras felicitarnos por la buena ascensión y esperamos a que fueran llegando el resto. El primero fue Juan que venía con Paco, quien se dio la vuelta como siempre para ayudar a los demás. Luego para nuestra sorpresa venían los maestros. Y digo sorpresa ya que todos pensamos que Juanma se lo tomaría con más tranquilidad, pero todos conocemos del coraje y las ganas de nuestro compi. Al rato lo hicieron Rubén y Paco. Descanso para todos, rellenamos los bidones, comimos algo y nos pusimos nuevamente en marcha.

Foto: bravo Juanma, ya queda menos para volver a ser el de antes.

Descenso muy tranquilo. Aun así la Canyon pide guerra bajando y es que corta el viento que es una maravilla. Con mucho control ya que subían muchos coches, fuimos haciendo los kilómetros de regreso a Miraflores. Desde aquí, bajada directa a Soto.

Si me lo dicen hace 2 meses no me lo hubiese creído. Un asfalto que desliza de maravilla, perfecto, compacto, sin grietas. Algunos dicen que se han cargado el encanto de esta carretera, pues en ese caso me alegro que se lo hayan cargado. Qué manera de bajar, seguros, por la derecha sin aparentes problemas, en fin una gozada, ya era hora que se gastaran el dinero en algo que podamos disfrutar de verdad.

Como hay algunos que bajan más rápidos que otros, nos estaban esperando en Soto con una gran sorpresa y es que el Presidente del club Arnelas, se nos había unido al grupo. Rubén decidió retirarse ya que tenía compromisos, por lo que le cambiamos por José y decidimos dada la hora que era rodar un poco hasta Manzanares y hacer así unos cuantos kilómetros más.


Fotos: rodando hacia Manzanares.
Foto: vamos Presi que te quedas atrás...

Según el Presi le llevamos muerto, no creo que sea para tanto, un rodar entre 34 y 36 km/h está bien, además íbamos regulando mucho. Llegamos hasta la rotonda de los montañeros donde dimos la vuelta y emprendimos el regreso siempre a buen ritmo y a relevos para no cansarnos en exceso. En Soto, carril bici y para casa.
Foto: dos generaciones de grandes ciclistas y amigos, compartiendo ruta.

Muy tranquilos íbamos por el carril hasta que decidí calentar un poco el ambiente. Le avisé al maestro que como Paco y Kiki iban en cabeza, les iba a atacar en Los Melones para ver si entraban al trapo. No lo hicieron porque creo les pillé muy desprevenidos, pero logré incendiarles, en especial a Kiki. Nos pusimos en cabeza y empezamos a subir el ritmo. Hubo un primer intento de sprint por su parte, le aguanté perfectamente. Me avisó que todavía le quedaba un piñón más, a lo que le respondí que a mí me quedaba casi la mitad del cassette. Se rio entre dientes y nos emplazamos para la siguiente recta.

Última recta antes del puente. Seguimos en paralelo a buen ritmo, le oigo que baja uno, dos y hasta tres piñones. Hago lo mismo con la diferencia que mi di2 es muuuucho más rápido que un cambio normal. Me pongo de pie y esprinto como si fuese Cavendish, noto cómo la bici se me encabrita como si fuese un caballo por la fuerza que le aplico a los pedales. Por un momento se me hace incontrolable y el peligro de caída se me pasa por la cabeza, pero cuando ya se logra estabilizar y poner velocidad de crucero, no hay quien me pare. Dejo atrás a Kiki llamándome de todo y acordándose de toda mi familia y continúo por unos metros más hasta que decido levantar el pie y dejarme ir cuando de repente……….. de la nada sale Paco y me hace un Rui Costa en toda regla!!! Aprovechando que había dejado de dar pedales y prácticamente me dejaba ir, venía encendido por detrás, supongo que siguiéndonos el pique, y me pasó sin miramientos. Hemos hablado con la organización y tiene que devolver la medalla de oro. Le han descalificado por conducta indecorosa  poco deportiva, jejejejee…

Al final, llegados a Colmenar, nos dirigimos al Charly para tomarnos una merecida cervecita con sus aperitivos, donde nos encontramos con parte de la grupeta, que habían hecho la clásica.

90 kilómetros. Una ruta que me encanta con mi puerto favorito, mejor compañía y con unas sensaciones sobre la nueva bici, cada vez mejores, pese a darme cuenta días después, que me la han enviado con un cassette 11-23!!! Por eso no cogía cadencia subiendo. Tres veces tuve que contar los piñones para asegurarme, nunca antes me lo hubiese imaginado subir puertos con un 23, eso sí tengo unas piernas que como siga así, Cancellara a mi lado…..

La próxima semana no lo tenemos decidido, pero lo que salga, aquí lo contaremos.


Gracias a todos.

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