No teníamos ruta del calendario para la fecha por lo que
decidimos una ruta cómoda, suave y fácil para después del exceso de las fiestas
de Colmenar, la clásica, subida al alto de Mataelpino, la presa de Navacerrada
y al hotel Arcipreste. Numeroso grupo el de ayer, se notaba que la gente había
vuelto de vacaciones y con ganas de bici. Numerosas caras que hacía tiempo no
veía, Chema, Chaparro, el gran Antonio, Mariano y la vuelta del hijo pródigo,
Rafa, que tras su preparación para ser profesor de tenis y un inesperado paso
por el hospital, se unió a nosotros para pasar la mañana del domingo.
Como siempre salimos dirección Soto para ir cogiendo ritmo y
justo antes del cruce con el desvío a Manzanares, donde nos esperaban Carlos y
Faustino, primer y único incidente del día, pinchazo en la grupeta. Como
estábamos muy mal situados, los de cabeza decidimos continuar hasta el
polideportivo de Soto y evitar así problemas y tumultos en el carril bici.
Tras una breve espera que aprovechamos para ponernos al día
con Rafa y el resto de compañeros, una vez reagrupados todos continuamos
dirección Cerceda. Rápidamente los hermanos Schleck, Julián y Luis, tomaron los
mandos del grupo e impusieron un ritmo ávido y rápido para las primeras horas
del día. Poco a poco fuimos entrando a relevos entre los de casi siempre, Paco,
Jesús, Kiki, etc, lo que nos hizo ir a velocidades altas para ir devorando kilómetros
rápidamente hasta la llegada al desvío de El Boalo.
Foto: subiendo a Mataelpino |
Tras coger el desvío y en la primera rampa, el grupo que
venía estirado se rompe, los de cabeza apretamos un poco para sortear rápidamente
el repecho, lo que hizo que el grupo se empezara a estirar. Kiki se puso a mi
lado para evitar tener que sortear a muchos cuando las rampas de El Boalo se
nos echaron encima, las pasamos rápidos, cuanto antes mejor, que ese repecho se
agarra, me decía Kiki. Ya en la rotonda antes de afrontar la subida hacia
Mataelpino, Iván llegó a nuestra altura junto a unos cuantos componentes más,
Paco, Jesús y un nuevo compañero del que desconozco su nombre.
Fuimos subiendo juntos y a un ritmo bastante alto, creo no
lo he subido tan rápido, hasta que a 1km antes de llegar a Mataelpino, Kiki e
Iván abrieron hueco justo en las rampas más duras. Yo no quise cebarme por lo
que Jesús, Paco y el nuevo compi tuvieron ocasión de pasarme justo cuando llegábamos
al cruce, tomamos hacia la izquierda y luego a derechas dirección Becerril para
afrontar la parte más dura de la subida. Como no venía ¨cebado¨ de la cuesta
anterior y llevaba mi ritmo, fui pasándoles poco a poco, incluso casi llegué a
la altura de Iván y Kiki, Jesús que había conseguido aguantar me dijo que le
había hecho sufrir de lo lindo, pero creo que mereció la pena ese último esfuerzo.
Ya en el alto, un breve saludo a la Cruz de Tom, y esperamos
a que fueran llegando el resto de la grupeta que tardó bastante por el fuerte
ritmo que empleamos en la subida. Ya con todos reorganizados, nos dirigimos
hacia Becerril, para pasar rápidamente el pueblo y afrontar la segunda mini-subida
el día, la presa. Esta vez decidí quedarme con Rafa para hacer esta subida, aún
con sus dolores me dijo que había suido bastante bien Mataelpino, pero nos lo
tomamos con tranquilidad y una vez en la presa aprovechamos la ocasión para sacar unas
cuantas fotos mientras hacíamos tiempo a que llegaran los demás.
Foto: Kiki, muy guerrero ayer. |
Foto: la grupeta muy estirada. |
Foto: Rafa, de vuelta a la bici |
Con todos ya reagrupados otra vez, nos pusimos en marcha
dirección Navacerrada para afrontar la última subida del día y que nos llevaría
hasta el hotel Arcipreste. Como iba muy mal colocado y ante la llegada de las
primeras rampas, decido salir y apretar un poco para ponerme en cabeza y evitar
aglomeraciones, cosa que hizo también Iván pero él decidió no parar y continuó exprimiéndose
unos cuantos metros más. Al poco llegó Kiki que venía en persecución de Iván y
el nuevo compañero. Como siempre puse mi ritmo de motor diesel, de fuerzas iba
muy bien por lo que decidí ser constante y al poco alcancé al nuevo compi que
se quedó de rueda e intenté llegar hasta Iván y Kiki. A 60 metros vi como Kiki
cedía un poco con respecto a Iván que no paró de apretar hasta el final, e
intenté llegar hasta él, pero ya casi estábamos en el cruce del hotel y habíamos
llegado al final del repecho.
Foto: esperando en la presa de Navacerrada |
Foto: al fondo los rezagados... |
Nos retiramos de la carretera ara no entorpecer el tráfico
rodado y esperamos la llegada del resto del grupo antes de iniciar el descenso.
Rapidísimo descenso hacia Moralzarzal, velocidades muy altas, alrededor de los
68-70 km. En este punto he de comentar, y que conste que no es una crítica sino
un toque de atención, que se vivieron momentos de gran peligro. No somos
verdaderamente conscientes muchas veces del peligro que corremos cuando vamos
por carretera, pero es mucho peor cuando estas situaciones las producimos
nosotros mismos al invadir y/o utilizar todo el ancho de la calzada. Ayer más
de un vehículo nos llamó la atención en plena bajada. Entiendo que queramos ir
a la mayor velocidad posible y sobre todo en bajadas, pero hay que ser
coherente y mirar por la seguridad de uno mismo. Se puede ir igual de deprisa
pero circulando por la derecha. Ayer llegué a ver ¨triple fila¨ en el descenso
o lo que es lo mismo llegamos a ocupar todo el carril.
Una vez terminada la bajada, nos desviamos a la derecha
dirección Moralzarzal a velocidades nuevamente muy rápidas, parecía que
llegábamos al final de una etapa del Tour. Pasamos Moralzarzal muy rápido y
continuamos dirección Cerceda donde hicimos una breve parada para rellenar los
bidones, momento que aprovecharon algunos para quedarse a tomar algún refrigerio
mayor. Los que teníamos prisa continuamos dirección Soto y Colmenar.
Foto: camino de Cerceda. |
Ya con un rodar más tranquilo, emprendimos el camino de
regreso y fuimos devorando los kilómetros que nos separaban de Manzanares en
primer lugar y de Soto en su continuación. Ya en Soto nos desviamos a la
derecha justo cuando Carlos se despidió de nosotros, en dirección al carril
bici. En el carril bici, mucho miedo y situaciones complicadas. Nos encontramos
con numerosos ciclistas y con una grupeta bastante numerosa del C.C. Alcobendas
junto a algún que otro ciclista suelto, lo que produjo un gran apelotonamiento
justo a la altura de la cuesta de Los Melonares. Por suerte no venía ningún ciclista
de frente en ese momento y pudimos sortearlos. En ese momento como le dije a
Rafa, hay que buscarse la vida y mirar por la seguridad.
Pasado el inconveniente, seguimos hacia Colmenar, pero
Revilla padre nos tenía una sorpresa preparada, en vez de entrar por el CIR
como siempre, continuó de frente para subir por el repecho de Xavi Tondo y
entrar por la carretera de Remedios. Como es habitual, calentón de lo lindo, en
un principio no iba a entrar, pero como vi que todos apretaban, pues a plato y
a tope hasta arriba, con la inercia y con la velocidad que iba en aumento fui
pasando a unos cuantos al mas puro estilo Valverde… Aproveché la bajada para
recuperar un poco, volvimos a apretar otro tanto en la cuesta de entrada a
Colmenar, nos volvimos a dejar caer, y ante la insistencia de Kiki, terminamos esprintando
en el último tramo a la altura del polideportivo hasta casi llegar al canto,
donde me despedí de los compañeros que gustosos iban a saborear unas merecidas
cervezas, yo por mi parte rápido para casa a celebrar el cumpleaños de mi
mujer.
Al final 80kms, una ruta preciosa y una mañana en compañía de
buenos amigos.
Para la semana que viene, decidiremos la ruta sobre la
marcha, pero lo que sea ya os lo contaremos.
Gracias a todos,
Saludos
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