lunes, 13 de agosto de 2012

El Espartal (12/8/12)

Después de tantas rutas de puertos, subidas y sudar la gota gorda, ayer tocaba una ruta tranquila, sin muchos excesos a excepción del Alto Caiza, una subida de apenas 5 km con una pendiente máxima del 8%, 80 kms en total que nos los ventilaríamos en poco más de 3 horas.


Mucha gente en la salida. Como siempre y para esta época del año, quedamos prontito para dirigirnos hacia Torrelaguna. A pesar que varios compañeros se encontraban en Segovia disputando ¨la Perico¨, la grupeta la compusimos alrededor de 20 compañeros, los habituales más Santi, Victoria y su marido que repitieron después de la experiencia del finde pasado, y volvimos a contar con la presencia tras unas semanas sin comparecencia de Kiki y un amigo suyo que nos acompañaría en la ruta.

Salimos dirección a Soto y tras pasar la primera rotonda, antes de salir de Colmenar, incidencia, pinchazo de Lobito nada más salir. Breve parada para repararlo sin mayores consecuencias, y proseguimos camino dirección Soto por un carril bici que cada día se encuentra en peores condiciones, sucio, con ramas, peligroso, vamos el orgullo de nuestra Comunidad…

Pasamos Soto y nos desviamos a la derecha para afrontar la primera rampa del día que nos llevaría a la rotonda de Los Pinarejos. Ramón y D. José impusieron un ritmo rápido que poco a poco fue desfragmentando el grupo hasta que llegados arriba, aflojamos un poco en la bajada para dar tiempo a que fueran entrando despacio el resto de componentes. Descenso muy tranquilo, creo que es la primera vez que lo hacemos todos a bloque y a ritmo moderado, como se notaba que los cabeza de carrera nos querían llevar agrupados hasta que casi llegando a Guadalix nos permitimos una pequeña licencia y rodamos un poquito más rápido.  



Reagrupamiento tras salir de Guadalix y nuevamente la cabeza de carrera que quería mantener la posición llevándonos a un ritmo muy suave hasta que pasado el puente de la A 1 ya sí que no pudieron contener las ganas de velocidad de los ¨pesos pesados¨ que se lanzaron a tumba abierta hacia Torrelaguna, hasta que de nuevo en el repecho de Redueña hubo un reagrupamiento que ya no se rompería hasta que nos desviamos hacia El Espartal.


Tras desviarnos a la derecha en el cruce con Torrelaguna, Jesús y yo marcamos un poco el ritmo, para relevar un rato a Ramón y D. José. Fuimos tranquilos charlando un rato aunque como dijo Jesús se nos hizo más largo de lo que pensábamos en un principio, pero como era una ruta cómoda y las velocidades no eran excesivas aguantamos estoicamente hasta que nos desviamos a derechas para afrontar la subida de El Espartal.
Foto: cortesia www.altimetrias.com
Los primeros metros fueron como en las etapas clásicas del Tour, cada uno fue buscando su sitio para colocarse en posiciones de ¨ataque¨. Al comienzo fue Luis, ayer estaba menos combativo que de costumbre, quien marcó un ritmo selectivo ante los vítores de algunos e improperios de otros. Al poco escuché la voz de Kiki decirle a su amigo que tenían que apretar un poco hasta llegar a mi altura, no sé, pensarían que era el enemigo a batir, y nada más lejos de la realidad, me encontraba fuerte pero no tanto como ellos.


Seguimos rodando fuerte un grupo selecto hasta que ya pasado El Espartal y con el inicio de las primeras rampas duras, Kiki fue el primero que salió ganando unos metros al resto. Al poco salieron su amigo y Juanma. Yo me quedé con D. José como siempre y con Miguel, que esta vez salía con los de ruedas finas. Poco a poco fuimos ganando metros en la ascensión a un ritmo cómodo, mucha cadencia como siempre para no gastar mucha fuerza. Me preguntó Miguel cuánto quedaba para el final, a lo que le respondí que no más de 1 km, la curva que se veía al final. Me equivoqué, lo siento por Miguel, creía recordar que era así, pero cuando llegamos a la curva nos dimos cuenta que nos quedaba otro tramo y de lo más duro, Miguel había gastado sus fuerzas en llegar a donde le dije y le costó seguirnos en ese último tramo. Tras coronar junto a D. José, continuamos hasta parar en El Vellón donde esperamos al resto y aprovechamos para comer y recuperar un poco.


Nos pusimos nuevamente en marcha para volver a rodar en grupo y a ritmo suave dirección Guadalix para afrontar el último escollo de la jornada, el Cerro de San Pedro.
Foto: cortesia www.altrimetias.com

Como siempre D. José y Ramón marcaban el ritmo, y nos llevaron en volandas hasta casi la mitad de la subida. Creo que nunca he subido tan rápido el Cerro, rodábamos a casi 32 km/h. Ramón, D. José, Miguel, Kiki y su amigo, Juanma y yo. Todos muy junto, nadie quería aflojar hasta que llegado el momento José se abrió para que le entraran al relevo, rodamos un rato más juntos pero decidió aflojar, yo me quedé con él, pero me instó a que me fuera con ellos. No lo hice, me quedé con él como siempre, hemos encontrado una colaboración en ruta perfecta, funcionamos como un equipo sincronizado. Fue José quién decidió que debíamos apretar hasta tratar de enlazarles, en ese momento me llevé uno de los mayores sustos que he sufrido sobre la bici. Al ponerme de pié se me fue la cala derecha, por suerte la izquierda al balancearme también se soltó quedándome sobre el manillar y patinando sobre el asfalto hasta que afortunadamente pude recuperar el control de la bici. Por suerte no venía nadie por el carril opuesto, todos pararon rápidamente y me comentaron con posterioridad que pensaron me había ido al suelo. Por fortuna y sin mayores incidencias más que el susto, reemprendimos la marcha ya con las calas bien puestas en su sitio.

Afrontamos el tramo más duro de la subida al Cerro, Kiki dio media vuelta al perder el tapón del bidón, pasamos a Miguel que nos había tomado unos metros, le dijimos que se enganchara a nosotros pero no pudo por lo que continuamos con nuestra subida hasta coronar dando todo lo que podíamos. Nos dejamos caer recuperando un poco el aliento y las pulsaciones hasta que afrontamos el Cerrillo ya cada uno como pudo, José me tomó unos metros ya que me rezagué más de la cuenta recuperando, y nos reunimos con los de cabeza en la salida de Los Rancajales, como siempre.

Poco a poco fueron llegando todos los integrantes el grupo y nos dirigimos de vuelta a casa. D. José nos dijo que no nos iba a preparar el sprint como el otro día y Ramón comentó que no apretaría, nada más lejos de la realidad, pasado el repecho de Remedios y a la altura de la base de helicópteros, se desató la guerra, entramos todos a relevos y a cada cual más fuerte. Ramón me comentó que se llevó un buen susto cuando le pasé y entré demasiado pronto delante de él, lo siento compañero, son cosas que se aprenden con el rodaje.

Ya en Colmenar nos dirigimos al Charly para comentar la jornada y disfrutar de una buena cerveza fresquita aunque por la hora casi nos daba tiempo a desayunar.

Al final 82 kms en 3:05, una buenísima jornada de ciclismo en compañía de grandes amigos.

La semana que viene el Puerto de Canencia y luego rodar hasta Cerceda y vuelta, unos 90 kms, mi puerto favorito, ya lo contaremos.

Gracias a todos.

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