miércoles, 2 de mayo de 2012

XI Marcha de Colmenar Viejo


Y por fin llegó el gran día. Después de tanto tiempo esperando y preparando la marcha de Colmenar, el día antes quedamos los compañeros del Club Arnelas para retirar los dorsales y debatir sobre la climatología que tendríamos para la carrera y la vestimenta a utilizar. Unos decían de corto otros de largo ya que sostenían que haría mucho frío en la salida, pero al final cada uno eligió como bien quiso.

En la recogida de dorsales coincidí con Enrique Sevilla “Fugitive”, al que aproveché para saludar y desear suerte para el día siguiente. No pude coincidir con él ni en la salida ni en la llegada, así que esperaremos su crónica en su web www.fugitivesevilla.es


Tras desearnos suerte para el día siguiente, cada uno se retiró a su casa a velar sus armas.

Foto: Recogida de dorsales


Toda la noche lloviendo. Me levanté a eso de las 4 de la mañana, supongo que por los nervios de la carrera, y la lluvia caía de manera exagerada, cómo estarían los caminos y los arroyos de crecidos, nos íbamos a mojar y mucho.


Ya despierto y mentalizado para una marcha pasada por agua, me reúno con mis compañeros y nos dirigimos hacia la salida, donde tratamos de pasar los minutos previos entre fotos, bromas y risas para tratar de apaciguar los nervios.


Lo bueno el día, es que gracias al buen hacer de Jose, el Club Arnelas estrenamos equipación. A mi parecer que a más de uno le causó sensación ya que éramos el blanco de muchas miradas con nuestra nueva y reluciente indumentaria.


Foto: Nueva equipación y dorsal 591

Foto: Momentos antes de la salida


Últimos minutos y dan la salida neutralizada hasta abandonar la carretera de Remedios, aun así muchos aprietan para subir posiciones, “tranquilos muchachos quedan 70kms y muy duros”. Llegamos a las primeras cuestas en los estudios tablada y ya se empiezan a quedar unidades, seguimos esquivando ciclistas, otros nos adelantan, e iniciamos la primera bajada rapidísima y peligrosa debido al estado del terreno. Yo llevo a Miguel Angel muy cerca, como es de los míos (prudentes en las bajadas) vamos a nuestro ritmo hasta que llegamos a la primera subida en condiciones, en la zona de La Paloma donde Manteca está haciendo fotos, como es previsible, primera montonera donde pierdo a Miguel Angel, parecía un saltamontes con la bici al hombro corriendo ladera arriba y adelantando a gente. 



Como sé que llego a gran parte del equipo detrás y no me quiero tomar esto como una competición, voy a mi ritmo despacito y atento a los obstáculos del camino, en particular del barro que se amontonaba en grandes cantidades lo que hacia patinar la bici en numerosas ocasiones. En esto me encuentro con Goyo que iba también a un ritmo suave, me comenta que la subida del Cerro la quiere hacer tranquila para no gastar mucho, así que decido ir con él, pero en las bajadas me iba mucho y en las subidas se quedaba muy atrás, despacio a nuestro ritmo llegamos al primer control.


Decir que hoy me he encontrado muy fuerte, y lo que más me ha sorprendido, muy a gusto sobre la bici de ruedas gordas. Todos mis temores y miedos de los días anteriores hoy se han esfumado a en la primera media hora de ruta.


Una vez coronado el Cerro, descenso hacia el cruce con la carretera de Guadalix donde veo que llega Emir a mi altura, decido seguirle y preguntarle por Goyo, me dice que viene muy detrás a un ritmo más tranquilo, así que junto a su cuñado seguimos marcha.


Cruzamos la carretera de Guadalix donde me pareció ver a Antonio (luego lo ha confirmado) y oigo un grito de “vamos Templario” (gracias Antonio tanto por estar ahí apoyando, como por los ánimos insuflados) que me hace apretar un poquito más en el descenso ya que por empezar a comer, Emir y su cuñado se me habían ido un poco. Les alcanzo en la subida antes de la peligrosa bajada hacia el 1er avituallamiento. Lo bueno de conocer la ruta es que como sabes dónde apretar y dónde está lo difícil, decidimos no parar y quitarnos a unos 30 ciclistas que estaban parados.


Zona asfaltada de continuos sube y baja hasta el cruce de la M-607 que dan un respiro a las piernas, que han sufrido más de lo normal debido al barro acumulado. En las subidas Emir y su cuñado se quedan un poco, no quieren apretar mucho, yo me encuentro muy fuerte, hasta el punto que cuando llega Alberto a mi altura me dice que voy de paseo, pues es cierto, voy muy bien, pero prefiero ir con compañeros antes que solo.


Cruzamos la M-607, entramos en la calleja que nos lleva a la parte baja del Polígono, donde nos espera el fotógrafo oficial, y los malos recuerdos para Emir, ya que se fue al suelo cuando cruzábamos el arroyo el día de la previa.

Foto: Mojándonos un poco


Pasamos todos sin problemas, a excepción de mojarnos un poquito los pies, y descendemos hacia Tres Cantos por un terreno muy embarrado y peligroso por momentos.


Las piscinas. Y digo piscinas porque hace 2 semanas eran mini charcos y ayer eran auténticos lagos, hasta 6 veces cruzamos el arroyo y nos pusimos de agua hasta los tobillos, gracias a que llevaba el guardabarros por lo menos no me mojé el culo.


Poco a poco, con muchos charcos y muchísimo barro llegamos hasta el 2º avituallamiento donde esta vez sí paramos a comer un poco (aunque yo ya lo venía haciendo poco a poco).


Aquí me encuentro a Luis, gracias compañero por las atenciones prestadas, por engrasarme y limpiarme la cadena por ofrecerme comida y bebida para reponer fuerzas y por estar pendiente de mí en todo momento.


Justo cuando vamos a salir, aparece Anxo. Nos cuenta que Waka se ha caído y que se ha tenido que retirar, que Pepe y Goyo vienen más despacio y que Sergio marcha más atrás. También vemos a Oscar, pero no se viene con nosotros, así que ahora somos un cuarteto para afrontar la parte más dura.


Seguimos ruta pegados a la tapia del Pardo, descenso muy rápido y subidita rompe piernas justo antes de comenzar la bajada hacia el antiguo puente romano.


Desde aquí un continuo sube y baja de la bici. El camino se estrecha mucho y se hace muy técnico, pero se complica mucho más, cuando el que llevas delante pone pie a tierra constantemente.


Llegamos a la parte más dura, la pista del rancho de los Ciervos, creo se llama. Una subida de unos 4-5 kms. La comenzamos a subir Anxo y yo ya que Emir y su cuñado tardaban más de la cuenta. Ponemos un ritmo suave para darles tiempo a enlazar con nosotros como así fue. Yo como iba fuerte decidí tirar un poco y esperar justo antes del desvío a izquierdas para ir hacia Hoyo por una nueva trialera. Tras el reagrupamiento continuamos ruta por dicha trialera, cruzamos la carretera de Hoyo y seguimos un descenso rapidísimo hacia el 3er avituallamiento, donde volvemos a parar para engrasar otra vez las cadenas, beber y comer un poco.


Con los ánimos de tener la meta cerca, continuamos la marcha por el traicionero y peligroso Cencerrero que te termina de “matar” si vienes muy justo como le pasó al cuñado de Emir que traía ya calambres. Justo cuando terminamos la zona de piedras y tras una nueva foto oficial, hacemos alto al ver que el cuñado de Emir no viene.


Foto: En el Cencerrero


Emir nos dice que nos vayamos, que se da media vuelta a buscar a su cuñado, Anxo y yo continuamos. Aprieto un poco por instinto, las fuerzas me responden y bien, pero veo que Anxo se queda un poco, así que aflojo hasta que llegue y cruzamos la carretera de Miraflores dirección al carril bici, donde espero a Anxo. Entramos en el carril y nuestras piernas respiran y se oxigenan por el asfalto que nos lleva en descenso hacia el último kilometro. Peligrosa salida del carril bici para entrar en una nueva calleja que nos lleva por detrás del parque hasta la zona vallada para entrar satisfechos en el polideportivo y dar por concluida nuestra ruta tras 5:20 dando pedales.


Foto: La llegada

Foto: La satisfacción de terminar la marcha

Foto: Cómo terminó la máquina!!!

Decir que nuestro compañero Emir llegando a Colmenar sufrió una caída que le ha roto el dedo anular de la mano, pero con la mano entumecida y el dedo roto ha conseguido terminar.


Mi conclusión, ha sido una ruta muy, muy dura por el barro y el agua que ha caído, pero me he encontrado muy bien en todo momento tanto de fuerzas como de sensaciones en MTB. Creo que de haber salido “a competir”, podría haber rebajado el tiempo entre 45 minutos y 1 hora, pero bueno eso será otro año.


Quiero dar las gracias a todos los compañeros que nos han estado animando, a Manteca por las fotos, a D.José por apoyarnos en la salida con la que estaba cayendo, a Antonio en el cruce de S. Agustín, a Luis y al otro compi en el 2º avituallamiento, y a la organización por todas la atenciones y la buena disposición tanto de bebidas como de alimentos en todo momento. GRACIAS A TODOS!!!


A los componentes y compañeros del Club Arnelas que han participado en la marcha mi más sincera enhorabuena y mis felicitaciones. Sois cojonudos!!!!


El año que viene volvemos, por supuesto!!! 


Es el momento de dejar las ruedas gordas, a partir de ahora ruedas finas hasta final de temporada.


Próxima parada ya con ruedas finas, todavía por decidir, pero todo apunta a Navacerrada.






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