Nueva salida con los compañeros
del Club Arnelas. Una salida de las que teníamos marcada como importante en el
calendario como preparación de la QH. No la pude hacer el año pasado por temas
horarios y compromisos, pero sabía que iba a ser dura. Y así fue.
El primer problema en la salida
de ayer fue mental. Después de 6 meses de preparación para hacer la QH, esta
semana recibo noticias que por trabajo tengo que estar fuera esa semana del mes
de Junio y no me da tiempo a llegar a tan ansiada cita por lo que mentalmente
ya salí como derrotado, sin chispa, como si mi mente me dijera que este
continuo esfuerzo sería inútil ya que el objetivo estaba cancelado. Pero mis
ganas por la bici, el afán de superación y sobre todo poder ayudar a mis
compañeros en su preparación pudieron más y me presenté en El Canto a la hora
señalada.
Pocos valientes el otro día.
Ramón, Paco, Juan, el gran Alberto, el maestro D. José y servidor nos
aventuramos con semejante ruta. Por delante unos 135 kms y dos puertos de los
buenos, el Alto del León y Navacerrada por las famosas siete revueltas.
El segundo error del día y por
utilizar similitudes con la F1 lo cometieron mis meteorologos encargados del
tiempo, es decir yo mismo. Miré las previsiones una y otra vez y todas daban lo
mismo, frío y lluvia sobre todo del otro lado del valle, en la zona segoviana,
por lo que opté por ser conservador y salir de largo. Gravísimo error, no paré
de sudar en todo el día, y las previsiones de frío y lluvia, nada de nada,
tiempo casi de verano y un sol de justicia que me castigo de lo lindo en cada
subida.
Foto: mucho calor y yo con esta ropa!!! |
Tras los saludos de rigor con los
compañeros, nos pusimos en marcha el sexteto en cuestión. Tomamos el carril
bici, pero pronto salimos de él en la carretera que lleva directamente a
Cerceda para ahorrarnos unos kilómetros y ganar tiempo a la salida. Qué pena de
carretera, con el arcén tan grande que tiene y no se puede utilizar por lo
sucio que está. Aun así fuimos ganando kilómetros prácticamente sin darnos
cuenta hasta que llegamos a Cerceda, pasamos por las rotondas y enfilamos hacia
la carretera que nos llevaría hacia Becerril.
No me encontraba muy bien, no
tenía las sensaciones de días atrás y supongo que era todo mental, de todas
maneras el repecho de Becerril lo hicimos a buen ritmo y muy ligero, pero para
esas horas, ya estaba empezando a sudar más de lo debido. Pude aplacar un poco
mis calores en el largo descenso hacia Collado-Mediano, pero por mucho que
miraba hacia el alto, no venía ni una solo nube que me concediera un poco de
tregua durante la subida.