Un nuevo día para disfrutar de la
bici y de los compañeros del Club Arnelas. Pese a que el día no pintaba bien
por las nubes que se veían por la sierra, al final pudimos disfrutar sin
problemas.
Comenzamos la jornada unos
cuantos compis rodando por el carril bici hasta la entrada a la presa del
pantano, justo donde termina la cuesta de Los Melonares, para con posterioridad
volver a Colmenar para unirnos al resto de la grupeta y salir todos juntos.
Mucha gente el otro día y rostros
nuevos aunque conocidos como Molto y Miguelini. Con la numerosa grupeta en marcha,
nos dirigimos como siempre por el carril bici hacia Soto donde recogimos a
Carlos y nos cruzamos con los fugitive test
team , Enrique Sevilla y Pedro Colnago.
Foto: rodando junto a Miguel |
Llegados a Soto, tomamos
dirección Manzanares. Como el grupo era bastante numeroso, decidí situarme en
las plazas delanteras para evitar sustos como el que se llevó Molto, según nos
cometó en el foro. Con un rodar alegre, llegamos a Manzanares y afrontamos el
primer repchito del día en la rotonda de los montañeros, donde como siempre el
grupo se fragmentó. Como éramos muchos, alguna probabilidad de avería era más
que segura, como así sucedió mientras llaneábamos hacia Cerceda. Pinchazo en la
grupeta. Paramos cada uno donde mejor pudo para no entorpecer el tráfico y una
vez reparado continuamos hacia la subida de Becerril.
Foto: grupo muy numeroso ayer. |
Para ese entonces el grupo de
prósperos se había marchado, los Iván, Javier, Kike, Carlos y Chema, decidieron
continuar ruta y dirigirse hacia La Serranilla como me confirmó Iván por la
tarde. Los demás afrontamos juntitos la subida de Becerril. Me emparejé con
Miguel desde Cerceda y me comentó que quería hacer una subida tranquila, por lo
que nada más comenzar las rampas, fui ganando posiciones junto a Juanma y D. José.
Llegados al alto, breve parada para esperar a que los rezagados fueran llegando.
Con el grupo nuevamente unido,
nos lanzamos hacia Collado Mediano y sus peligrosas calles llenas de
alcantarillas. Cruzamos el pueblo y giramos a la izquierda dirección Guadarrama
por la larga recta en la que la velocidad de las Pinarello impuso su ley,
dándole a Paco una gran ventaja con respecto al resto del grupo. Decidimos en
ese momento ir hasta la zona de merenderos de La Jarosa. Una bonita subida que
nos calentaría de lo lindo.
Foto: con "Molto", cruzando Collado Mediano. |
Breve parada en Guadarrama para
esperar a los retrasados, ya que Revilla padre recibió una llamada, y con todos
nuevamente reagrupados cruzamos Guadarrama. Llegando a la rotonda, primer toque
de atención a Miguelini, las ruedas gordas le han hecho perder práctica, no se
percató del rampón de subida al pueblo y lo tuvo que hacer con la ¨paellera¨ puesta
y retorciéndose sobre su bici. Error de principiante, le dije. Continuamos
hacia el desvío de La Jarosa y algunos parecen no querer hacer caso de las
normas de tráfico, jugándosela por no esperar 30 segundos a que el semáforo se
ponga en verde. Un poco de cordura y sentido común no estaría de más. No sólo
es circular por la derecha cuando vas en bici.
Cruzamos por unas calles en
pésimo estado hasta que llegamos a la subida propiamente dicha que nos llevaría
hasta la zona de merenderos. Una subida con un porcentaje medio del 7% durante
casi 800 metros. Algunos habían tomado algo de ventaja, yo aproveché el rodar
tranquilo para beber y reponer líquidos lo que hizo que me quedara un poco rezagado.
Me emparejé con José, Basilio, José Castro, Miguel, Juan y Molto. Por delante
iban Ramón, D. José, Paco, y Juanma.
Pronto me entraron las ganas de guerra. Apreté un poco para tratar de
dar caza a la cabeza, cosa que sé sorprendió a Molto, ya que le oí murmurar su
sorpresa, así que emparejados nos pusimos a ritmo hasta que llegamos primero
hasta Ramón y luego hasta Paco. Al poco su experiencia superó mis fuerzas y fue
abriendo hueco hasta alcanzar al grupo cabecero, luego una vez coronado,
deshizo el camino para ayudar al resto. Los demás giramos a la derecha para
continuar bordeando el pantano. Traté por todo los medios de llegar a D. José
que era cabeza del grupo, así que me dejé todo prácticamente. Pasé a Miguel y a
Paco, a Juanma que me animó en mi intento y por muy poco no llegué a pillar a
D. José antes de parar en el merendero, se me metió un coche en medio.
Merecida parada para reponer
fuerzas y comer algo mientras que llegaba el resto del grupo. Con todos ya
listos nos pusimos nuevamente en marcha ya que el tiempo corría en nuestra
contra. Deshicimos lo andado. Regresamos por donde habíamos venido, volvimos a
pasar por Guadarrama, luego hacia Collado Mediano y afrontamos la subida a
Becerril.
Foto: venga chicos que nos queda la vuelta... |
En más de una ocasión me llevé algún
sustillo. Iba muy bien de fuerzas, pero muy mal situado. Estaba encajonado y no
podía salir del grupo para ponerme en cabeza y evitar así cualquier caída, cosa
que sí hizo Molto. Ante el ritmo más lento que marcaban Ramón, Paco y Miguel,
optó por ponerse en cabeza a tirar del grupo. Rápidamente se oyeron voces de
auxilio en la parte trasera pidiendo un poco más de calma. Proseguimos
ascensión hasta coronar, donde paramos a esperar al resto, después bajada
rápida hasta Cerceda.
Llegados a Cerceda el lío de
todas las salidas. Habíamos quedado en La Jarosa seguir directamente desde
Cerceda a Colmenar para evitar que se nos hiciera muy tarde, pues bien justo en
la rotonda, no sé quién decide girar dirección Manzanares. El resultado, como
el grupo venía muy estirado por la velocidad de la bajada, alguno siguió recto
hacia Colmenar como fue el caso de Ramón y creo algún otro…
Luego como siempre que hay prisa,
a llanear a toda pastilla, hasta que el grupo se volvió a fragmentar, los que
no tenían tanta prisa se quedaron rodando más lento y los demás continuamos rodando
más fuerte hasta llegar al carril bici acortando por Las Chapas.
Foto: apretando para no llegar muy tarde. |
Ya en el carril bici, la cosa no
cambió mucho. Seguíamos apretando para llegar cuanto antes, además las nubes
amenazaban con lluvia. El último escollo lo tomamos a conciencia, yo con más ganas
por lo calentito que iba, el repecho de Los Melonares. Miguelini y Paco iban en
cabeza, cuando vi que empezaban a sonar ¨hierros¨, decidí atacar al más puro
estilo Valverde, me salí de mi rinconera (que mal colocado fui el otro día
durante todo el día) aprovechado que la gente cambiaba el plato. Aguanté con el
plato grande lo que me permitió sacar una ligera ventaja al resto del grupo,
coronando en primera posición. No lo hice para disputar nada, más bien me
quería probar a mí mismo. Llevaba casi 90 kms y las piernas me respondían bien.
Como me dijo Molto, - ¨muy buen entrenamiento, aguantando el plato hasta el
final, ya saldrá algún día este entreno¨. Y es que tengo buenos maestros que me
han enseñado este tipo de cosas…
Seguimos rodando hasta que Paco y
Juan tuvieron su particular guerra al sprint antes del puente sobre la M-607,
10 metros para luego parar, lo que les hizo ganarse unos cuantos improperios por
parte de todos.
Entramos a Colmenar por el CIR, y
volví a probarme, ante la falta de sprinters
oficiales, decidí darme un nuevo calentón y probar de nuevo mis piernas,
así que desde el puesto de la Cruz Roja hasta el paso de peatones en Los Arcos,
me lancé a tope, pensé que en algún momento me pasarían por encima, pero no fue
el caso, supongo que no había ganas de guerra.
Foto: un último esfuerzo... |
Al final 100kms, una buena ruta,
un nuevo entrenamiento de cara a la QH y una mañana en buena compañía.
La semana que viene El Vellón,
nos abrigaremos bien y aquí lo contaremos.
Gracias a todos.
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