Un nuevo domingo con ruta fuera de calendario y con
numerosas bajas en la grupeta. El gran Paco se enfrentaba a un triatlón en la
casa de campo y parte de la grupeta se ha pasado a las ruedas gordas dando por
finalizada la temporada de bici de carretera.
Como siempre quedamos en el Canto los pocos valientes que
seguimos empeñados en no dejar la bici hasta que las inclemencias o el tono
físico no nos lo permitan.
Teníamos previsto subir hasta Bustarviejo por Miraflores y
desde Guadalix, para volver por Valdemanco, Navalafuente y terminar por El
Cerro, casi 80 kms con unas cuantas subidas que en esta época del año iban a
ser durillas.
Pocos componentes en el día de ayer, únicamente 15. A las
bajas de los de montaña se sumaron los hermanos Schelck y Jesús casi no llega al
tener que cambiar la cubierta de su bici antes de salir de casa.
Nos pusimos en marcha tras los saludos a los compañeros de
montaña y como siempre enfilamos hacia Soto por el carril bici para ir soltando
un poco las piernas. Los habituales Carlos y Faustino se nos unieron a mitad de
camino y pronto nos enfrentamos a la primera subida del día que nos llevaría
hasta la rotonda de Los Pinarejos.
Juventud con ganas de guerra llevábamos ayer, a los Iván y
Javier se les unió Kike con su traje del Saxo Bank que se dieron de lo lindo
durante todo el recorrido. Los demás fuimos aguantando como mejor pudimos.
Primer calentón del día en dicha subida y descenso tranquilo hacia Guadalix, lo
que me resultó extraño. Casi sin tiempo para recuperar, en la rotonda de
Guadalix, enfilamos por una carretera en constante ascenso que nos llevaría
hacia Miraflores.
Foto: primera subida del día |
Los primeros kilómetros los aguantamos todos juntos, pero
pronto empezaron las escaramuzas entre los jóvenes. Iván, Javier y Kike se
marcharon, a poca distancia Chema, Carlos, Juanma y yo que pronto empecé a
perder terreno ante el empuje continuo del maestro Juanma que poco a poco iba
ganando metros en pos de la juventud.
Foto: la juventud muy guerrera ayer |
Con ritmo tranquilo y diesel (como voy últimamente) fui
haciendo mi particular ascensión. Al poco contacté con Chema, quien prefirió seguir
con su ritmo guardando fuerzas para atacar en El Cerro como me dijo, y a Carlos
le tenía a unos 40 metros. Casi sin tiempo y terreno para recuperar esa
distancia me di cuenta que los de cabeza ya esperaban en el cruce con la
carretera que nos llevaría a Miraflores.
Breve parada para que fueran llegando los más retrasados y
recuperar un poco el pulso, para una vez reagrupados todos nuevamente, ponernos
en marcha por la malísima carretera de ascenso a Miraflores.
Tomamos a la derecha dirección Bustarviejo a ritmo pausado
para que fueran llegando los que se habían quedado en las cuestas de entrada a
Miraflores. Nuevo reagrupe que nos llevó rápido hasta el inicio de la subida a
la fuente de Los Caños, antes de entrar a Bustarviejo, donde nuevamente se
desataron todas las hostilidades entre los de cabeza.
Fotos: afrontando la subida a Bustarviejo |
Esta vez el comienzo me pilló descolocado, casi en retaguardia.
Había estado comiendo y haciendo fotos y me quedé un poco descolocado. Lo que
logré ver desde la distancia fue un primer grupo con Iván, Javier, Kike y
Juanma, seguido por otro con Mariano, Chema y Carlos. Nuevamente puse mi ritmo
y fui ganando metros a los que llevaba delante.
Es una subida que se hace larga ya que estamos acostumbrados
a venir de bajada por lo que pierdes la perspectiva, pero hay rampas del 9% que
se hacen eternas. Con el primer grupo a lo lejos logré distinguir como Juanma
cedía ante el ímpetu de los jóvenes, una subida demasiado explosiva para sus
cualidades, me comentó posteriormente. En el segundo grupo Carlos había
descolgado a Chema y yo ya había dado caza a Mariano, que se quedó con un ritmo
más pausado por lo que se quedó más atrás. Al poco logré alcanzar a Chema al
cual igualmente dejé a su ritmo y mi siguiente fijación era llegar hasta
Carlos, pero sin cebarme en exceso, lo que logré a unos 400 metros de la
fuente, recorriendo juntos ese tramo final.
Fotos: varios integrantes llegando a Los Caños |
Parada obligada para recuperar fuerzas, comer, beber, contar
experiencias de la subida y sobre todo para hacer unas fotos de los componentes
en el día de ayer.
Foto: la grupeta de ayer |
Tras el descanso no pusimos en marcha dirección a Valdemanco,
pero con la sorpresa que en el pequeño tramo que es todavía de subida hacia
Bustarviejo, se apretó tanto que hubo gente que como Antonio y Moisés perdieron
contacto con tan mala suerte que al comenzar el descenso en el cruce siguieron
hacia Navalafuente por las canteras en vez de continuar recto como hicimos los
demás hacia Valdemanco.
Descenso rapidísimo hasta enlazar con la carretera de
Cabanillas que es un constante sube y baja, que, aunque lo hicimos a bloque y a
relevos, resulta bastante pestosa y rompepiernas. Tomamos el desvío hacia Navalafuente
y aminoramos el ritmo para que fueran entrando los más rezagados, pero una vez
llegamos a dicha localidad y viendo que no lograban conectar con nosotros,
surgieron todo tipo de alarmas y preocupaciones.
Fue Juanma quien decidió dar la vuelta e ir en busca de los
perdidos, seguido de Jesús y de José. Basilio pudo contactar con Antonio y nos
explicó el error en la elección del desvío y nos comentó que estaban bien, de
hecho ya estaban subiendo El Cerro!!! Por lo que reagrupados nuevamente y tras
una laaarga espera, nos dirigimos hacia Guadalix para afrontar la última subida
del día, El Cerro.
Como la última vez que subimos por aquí, el comienzo lo
hicimos todos juntos y a un ritmo alto que yo sabía no se iba a poder aguantar
por mucho tiempo, por lo que cuando Chema me pidió sitio para lanzar un ataque
tipo Contador desde lejos, sabía que la guerra se iba a desatar en breve.
Fue durísimo el ataque de Chema. Yo creo que metió todo y
salió como un tiro ante los gritos e improperios de todos. Al poco fue Iván
quien saltó a por él y poco después Javier y Kike. Pero la guerra había
comenzado, el ritmo se aceleró, yo traté de seguir con el plato el mayor tiempo
posible para no perder mucha distancia, pero el ritmo que pusieron Jesús y
Carlos, poco a poco me iba sacando de punto, por lo que en la 3ª curva de la
subida, decidí ir a mi ritmo y controlar la subida.
Poco a poco me fueron sacando metros un grupo comandado por
el maestro Juanma, seguido de Carlos y Jesús. Para cuando llegué a la entrada
de los servicios del AVE, logré ver a los jóvenes que ya afrontaban la curva de
herradura, Juanma había pasado a Chema junto con Carlos y Jesús se había descolgado
un poco. Logré contactar con este último pasada la curva de herradura, en la
zona más dura y coronamos juntos en el alto. Chema se nos distanció un poco en
la bajada y eso que le teníamos a tiro, ya en el Cerrillo mis piernas dieron su
señal de alarma y me dijeron que no eran capaces de seguir el ritmo que mi
cabeza les pedía. Como dice el maestro, - ¨por qué me obligas a este
sufrimiento a estas alturas de la temporada?¨, me decían mi maltratadas piernas.
Aunque pude recuperar un poco en el tramo final, Jesús me había tomado mucha
distancia y pudo llegar hasta Chema antes de parar en el stop de Los
Rancajales.
Parada para recuperar algo de fuerzas y descubrir que allí nos
esperaban Antonio, Moisés y Revilla padre que había salido, tarde, pero salido para
estirar un poco las piernas. Según fueron llegando los demás, nos pusimos de
nuevo en marcha en un descenso rapidísimo como siempre hasta Colmenar.
Fue Kike quien en el repecho de Remedios pegó un demarraje
al más puro estilo Purito, yo gracias al impulso con el que venía pude
adelantar a muchos por la izquierda y situarme en cabeza a mitad del repecho
donde Iván se llevó un gran susto al saltarle uno de los piñones, seguido de
Javier y Chema. Kike aflojó un poco para que volviésemos a entrar todos otra
vez a la altura del cuartel de los helicópteros y desde ahí ya no se aflojó ni
por un instante. Yo le cogí el rebufo a Iván como si de Lorenzo se tratara,
pero algo le pasaba con el cambio ayer que se volvió a pegar otro susto que
creo hizo desistiera de esprintar, momento que aproveché para pasarle y apretar
todo lo que podía. Al poco rato me pasó Revilla padre como alma que lleva el
diablo seguido de Basilio, Antonio, Kike y Javi, me logré pegar lo mejor
posible y seguir el ritmo, el contador no lo miré por miedo a pegármela pero no
creo que fuésemos a menos de 65 km/h, Basilio tomó el mando y casi nos llevó
hasta el puente de la M-607, donde ya cada uno trató de apretar todo lo que
pudo, mis piernas dieron hasta pasada la entrada del carril bici y mitad de la
subida, al final el Sprint lo disputaron Revilla padre y Javi, seguidos muy de
cerca por Antonio.
El ganador, pues en estos casos como dice Chema, cada uno
pone la meta donde mejor le conviene…
Al final los compañeros se fueron a tomarse una merecida
cervecita, yo por mi parte no tenia tiempo, otra vez será.
Buen día de bici, 80 kms de ruta, calor al final y una muy
buena compañía con los compañeros del club Arnelas.
La semana que viene, pues no se sabe todavía, quizá El
Escorial o La Jarosa, ya veremos, pero sea lo que sea, aquí lo contaremos.
Gracias a todos.
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