lunes, 18 de junio de 2012

Los Puertos III, Canencia y Morcuera (17/6/12)


La ruta de hoy se podría denominar en el argot futbolístico como doblete. Hacer dos puertos, uno de segunda y otro de primera es como ganar la Supercopa y la Liga más o menos. Así que con la idea de hacer esos dos puertos decidimos salir muy temprano para evitar aglomeraciones en la zona de la sierra.


Quedamos los compañeros del Club Arnelas a las 8 am. Grupeta bajo mínimos ya que el día anterior se habían metido un buen tute de 160 kms hasta Gredos, pero aun así, algunos valientes como Juanma, Ramón y D. José decidieron salir también el domingo. A estos tres nos unimos Iván, Salva, Miguel y yo. Antonio y Revilla padre decidieron hacer en solitario Canencia-Navafría-Canencia, un triplete en comparación con lo nuestro.


Ya en la salida, decidimos variar la ruta, subiríamos por Canencia y por Morcuera del lado de Rascafría, a mí me venía de perlas ya que la subida a Morcuera por ese lado nunca la había hecho, y como nos dijo Juanma no lo vamos hacer siempre igual, hay que variar un poco.


Nos pusimos en marcha a un ritmo suave hacia Soto para ir soltando las piernas entre charlas y aventuras varias contadas por los que tomaron parte en la salida del día anterior. Continuamos hacia Miraflores y primer calentón en las cuestas que salen desde Soto en las que Ramón y D. José empezaron a sufrir más de la cuenta, continuamos dirección a Miraflores donde sus duras rampas que te dan la bienvenida y son un preludio de lo que te espera más adelante.


Llegados a Miraflores Ramón y D. José, deciden darse la vuelta, yo de ser ellos ni tan siquiera habría salido, pero por lo menos llegaron hasta Miraflores. No sé que hicieron después, supongo que ir hasta Cerceda para soltar un poco las piernas y luego de vuelta a casa, así que con esas dos bajas continuamos el resto camino de nuestro ”doblete”.

Foto: cortesia www.altimetrias.com
Puerto de Canencia, mi puerto favorito de la zona, ya sea por un lado o por el otro. Una primera rampa durísima de unos 500m nos avisa de lo duro que iba a ser el día, así que una vez superada, por planteamos llevar un ritmo suave hasta coronar. No es un puerto duro ya que tiene zonas de descanso y llano donde incluso se mete el plato, es a 4-5 kms de coronar donde verdaderamente se pone cuesta arriba, Salva se quedó en la primera rampa con su ritmo y Miguel  se nos descolgó un poquito más adelante cuando el porcentaje se ponía serio, por lo que seguimos a muy buen ritmo Iván, Juanma y yo hasta llegar al alto, donde paramos a rellenar bidones y esperar a Miguel que llegó al poco tiempo.

Foto: el agua frequita de la fuente

Foto: Juanma reponiendo fuerzas

Foto: en el alto de Canencia

Como sabíamos que Salva no iba a parar en el alto, una vez llegó Miguel nos lanzamos hacia el pueblo de Canencia. Qué preciosidad de bajada, sin tráfico que nos molestara ya que era muy temprano, hicimos la bajada muy rápida y disfrutando del paisaje, del silencio, del olor a madera recién cortada, incluso se podía respirar el frescor cuando pasabas por las zonas de sombra, todo muy idílico, nada que ver con las prisas y la contaminación de la ciudad.


Llegados al pueblo de Canencia hicimos un alto para esperar a que nos enlazara Salva que lo hizo al poco tiempo. Ya todos reagrupados otra vez, continuamos dirección a Lozoya y Rascafría con un ritmo tranquilo donde al ser impares Iván se llevó la mayor parte tirando en cabeza. Parada breve en Lozoya a los pies de la subida a Navafría para saber por donde iban los “escapados” Revilla y Antonio y ver si querían enlazar con nosotros para hacer juntos la subida a Morcuera, cosa que no entró en sus planes ya que volverían por donde habían venido, Canencia.

Foto:Iván y Miguel

Foto: esperando en Canencia


Tras cambiar el agua a los bidones y una pequeña barrita, nos volvimos a poner en marcha dirección a Rascafría y su temido tramo adoquinado.
Nos pasamos el desvío a Morcuera, gracias a que Juanma, que iba el último en el tramo de adoquines más asqueado que el resto, nos dió la voz de alarma, ya que el resto habíamos seguido a Iván que se marchaba dirección Cotos. Subsanamos el error, entramos en el falso llano que precede a la subida todos en grupo y acordamos que esperaríamos a los rezagados en la fuente de Miraflores.

Foto: cortesia www.altimetrias.com

Con las primeras rampas, Salva y Miguel se quedaron descolgados, por lo que continuamos los tres un par de kms juntos hasta que le dijimos a Iván que pusiera el ritmo que más le conviniera y se olvidara de nosotros, cosa que hizo hasta esperarnos en el alto del Puerto de la Morcuera.


Así que el gran Juanma y yo nos pusimos mano a mano con la subida. Preciosa subida, nunca la había hecho desde este lado. Sabía por las altimetrías que era más largo que por la otra cara, pero mucho más tendido, y lo más importante, no estaba mi peor enemigo, “el fatídico km 13” de la otra vertiente.


Poco a poco fuimos ascendiendo a un ritmo muy suave y muy bueno, 47 minutos exactos nos llevó subir el puerto, lo disfrutamos mucho. Más tráfico que en Canencia y muchos compañeros ciclistas bajando. Con nuestra charla, bueno con la de Juanma que no para incluso cuando la pendiente se pone fea, fuimos ascendiendo metros y devorando kilómetros.

Foto: el gran Juanma en plena ascensión

Foto: subiendo Morcuera

Qué gran compañero, tiene ansia de compañerismo, no para de darte ánimos. Te anima, te ayuda, te empuja, te alienta a seguir, es generoso en el trabajo sucio de tirar de ti. Bravo compañero, muchas gracias por estar ahí, sobre todo en las rampas más duras casi llegando al alto y cuando se nos metió el viento de costado.

Hubo una frase de aliento que me vino mejor que cualquier gel, barrita o bebida isotónica:

-          Muy bien Templario, muy bien eso es, otra batalla ganada!!! 

Fue tal el subidón de adrenalina al oír esas palabras, que el último gramo de energía lo consumí para pasar el duro tramo antes del parking donde se ponen los avituallamientos en las marchas cicloturistas. Ya en la zona que suaviza un poco antes de coronar, tomamos un poco de aire hasta terminar y encontrarnos con Iván que estaba dando vueltas esperándonos.


Nos tiramos hacia Miraflores a velocidades realmente altas, Iván me pasó como un cohete, le seguí un rato pero llegamos a la zona de curvas y aflojé un poco ya que no era cuestión de jugársela. Paramos en la fuente y al poco llegó Juanma. Merecido descanso barritas, agua, estiramientos y cambio de impresiones en la subida. Al rato llegó Miguel que había dejado a Salva y nos comentó que se le había hecho largo y duro el puerto al ir solo. Al tiempo llegó Salva, le dimos tiempo para refrescarse, de llenar los bidones y nos pusimos en marcha dirección Colmenar. Iván se subió de nuevo Canencia en busca de su padre y de Antonio.


La bajada desde Miraflores a Soto es de lo peor que hay por la zona. El asfalto es malísimo, constantes agujeros, baches, socavones, locos al volante que no respetan la distancia de seguridad por adelantarte y ganar 10 metros, en fin un auténtico calvario sobre la bici hasta que llegas a la rotonda de la gasolinera donde el asfalto y la carretera mejoran considerablemente. Es un tramo muy peligroso que te hace ir con miedo y con una tensión constante.


Llegados a Soto, carril bici, ritmo suave ya que el aire se nos había metido un poco de cara y las piernas no estaban para muchos alardes. Poco a poco y a ritmo fuimos terminando la ruta con el último escollo de Los Melonares que pasamos sin problemas hasta llegar a Colmenar donde nos despedimos hasta otra ocasión y con el deber y la satisfacción cumplidos con creces.


Una vez más gracias a los compañeros del Club Arnelas por disfrutar un día más de una gran jornada de bici, gracias a todos, somos un gran Club y una gran familia.


Próxima parada Los Puertos IV (Navacerrada y Morcuera), pero eso será el domingo 3 de julio, la próxima semana descanso.


Gracias, a todos.

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