Había dejado de lado el tema de
las crónicas. Mas por trabajo y ocupación que por otra cosa, así que aunque
tuvimos un par de salidas en diciembre y enero, decidí retomar esto de la narración
una vez comenzásemos en serio la temporada.
La temporada ha comenzado con dos
nuevas. La primera y tras los excesos de las fiestas, son unos cuantos kilos de
más que implícitamente nos lleva a la segunda, nos ha vuelto a tocar plaza en
la Quebrantahuesos, por lo que nos tenemos que poner en marcha con la preparación
ya.
Después del fiasco de la semana
pasada en cuanto a la meteorología, teníamos todos muchas ganas de bici, y que
mejor que disfrutar del día perfecto para hacer kilómetros que ir hasta Patones
de Arriba siguiendo el calendario que nos ha preparado nuestro amigo y compañero
Ramón.
Como siempre nos dimos cita en el
Canto a las 10, y tras los saludos de rigor nos pusimos en marcha. Los
habituales hicieron su ruta e incluso me pareció ver que salían antes de la
hora indicada hacia Cerceda, el resto dimos el margen de rigor por si aluno se
retrasaba y tras dicha espera, nos pusimos en marcha hacia el carril bici y con
dirección a Soto.
Al final 9 formábamos la grupeta,
Juan, Kiki, Juanma, un amigo que se nos unirá al desafío de la QH y que
lamentablemente he olvidado el nombre, Alejandro, Salva, Ramón, el maestro D. José
y yo mismo. Rodando muy suave por el carril bici para ir calentándolas piernas,
llegamos hasta Soto donde giramos a la derecha y afrontamos la primera subida
del día hacia la rotonda de Los Pinarejos.
Foto: perfecto día de bici. |
Muy tranquilos, a ritmo, prácticamente
de cháchara y sin aparente esfuerzo, o eso me lo parecía, llegamos al alto y
nos dejamos caer hacia Guadalix. Para ese entonces, la grupeta perdía a Ramón que
por motivos familiares decidió darse la vuelta. Llegados a Guadalix,
reagrupamiento y a ritmo de crucero nos dirigimos hacia Torrelaguna.
D. José marcaba el ritmo y nos
enlazo con una grupeta del C.C. Guadarrama que nos vino de maravilla hasta el
puente de la A-1 donde ellos tomaron el desvío hacia Venturada, continuando
nosotros ruta hacia Torrelaguna. Rápido descenso y breve parada para que parte
de la grupeta soltara lastre, el
resto continuó a ritmo moderado dándonos a los que veníamos por detrás la opción
de alcanzarles justo cuando terminaban de coronar el repecho de Redueña. Nuevo
descenso rápido hacia Torrelaguna donde tomamos el desvío que nos llevaba a
dicha localidad.
Fotos: llegando a Torrelaguna. |
Tras atravesar el pueblo, afrontamos
la larga recta de 7 kms que nos separaba de Patones. Para ese entonces, la climatología
había mejorado mucho y era consciente que para la subida nos iba a sobrar gran
parte de la indumentaria que llevábamos, en especial el buzo…
Fotos: por la larga recta hacia Patones. |
Siempre juntos y a buen ritmo,
llegamos a Patones donde giramos a la izquierda, sorteando más de un agujero
bastante peligroso y afrontamos la subida propiamente dicha.
Me encanta esta ascensión. Corta,
explosiva. La puedes subir al tran-tran como hicimos ayer, o te puedes exigir
de lo lindo nada más tomar el giro a izquierdas. Alejandro que era su primera
suida, creo que iba con más precaución de la necesaria, pero es una subida que
engaña y sobre todo si te exiges mucho, lo puedes pagar a la vuelta en la
subida desde Torrelaguna hacia la A-1 e incluso en el Cerro.
Como he dicho marcamos un ritmo
muy tranquilo con Kiki y Alejandro a la cabeza y después yo seguido del amigo
de Juanma. El maestro y Juan se quedaron un pelín más atrás ayudando a Juanma,
al que todavía le falta ese puntito de fuerza para afrontar con garantías estas
pendientes.
Tras la ascensión, ligera bajada
hacia Patones de Arriba donde hicimos un alto para tomar los geles, barritas y
demás productos que nos facilitasen el regreso a Colmenar.
Nos pusimos nuevamente en marcha
y con muchísima precaución, ya que eran numerosos los vehículos que subían,
descendimos hacia Patones y volvimos a enfilar la recta hacia Torrelaguna.
Atravesamos nuevamente el pueblo y tomamos la carretera que nos llevaría hasta
Guadalix.
Nos duró poco la tregua ya que
nada más pasar el desvío que te lleva a La Trampa, debido a la gran suciedad
acumulada en el arcén, Alejandro tuvo el percance del día. Pinchazo. Más que
pinchazo, explosión de la cámara y es que sonó como un atentico petardo, por lo
que paramos instando a Salva, Juanma y su amigo a que continuasen a ritmo
tranquilo para que nos diera tiempo a reparar la avería.
Gracias a las manos expertas del
maestro se solucionó en poco tiempo. Si llega a ser por Kiki, todavía estamos allí
y es que como él mismo nos contaba, con su particular sentido del humor, la mecánica
de la bici y él, no son muy amigos….
Solucionado el contratiempo,
retomamos la marcha y aprovechamos para quitarnos algo de ropa que ya empezaba
a sobrar… Muy buena subida hasta el puente. Buen ritmo, controlando el pulso y
la fuerza de cada pedalada. Voy
retomando las sensaciones del final de temporada, espero hacer una buena
base para el gran desafío de la QH.
Según nos acercábamos a Guadalix,
a pesar que el libro de ruta no contemplaba hacer el Cerro, decidimos por
unanimidad y para evitar la aglomeración de la vuelta por Soto y el complicado
carril bici, afrontar un Cerro tranquilos y a ritmo. Tomamos el desvío de
Guadalix, cruzamos el pueblo e hicimos una breve parada para rellenar un poco
los bidones.
Fotos: comienzo de la subida al Cerro. |
Tras la breve pausa, nos
distanciaban 12 kms de Colmenar. Juntos, como habíamos planeado, fuimos
haciendo los primeros kilómetros a buen ritmo y sin forzar en absoluto. No se
me pasaba por la cabeza hacer el Cerro a plato, de hecho abandoné la idea
cuando el maestro me comento que era su primer Cerro del año y que no sabía
cómo lo iba a terminar, pero lo que sí me auto-impuse fue cuando menos subir
con el plato hasta la zona de servicios de Renfe, justo en el falso llano antes
de girar a la derecha y comenzar la parte dura de la subida.
Foto: el maestro con su nuevo casco de Spiuk... |
Llegados a ese giro, quité el
plato, me acomodé con el 23, un par de tragos de agua y me enfrenté al tramo
más duro de la subida. La última vez que subimos hace dos semanas, se me
atragantó de lo lindo, pero como he dicho la preparación para la QH ha
comenzado y las sesiones de rodillo entre semana empiezan a hacer efecto, por
lo que me costó bastante menos de lo previsto.
Fotos: coronando el Cerro. |
Llegamos a la cima y como siempre
nos dejamos caer hacia el Cerrillo. Subíamos Juan, Juanma, el maestro y yo
juntos. Me dijo este último de meterme en la pelea con Kiki, Alejandro y el
amigo de Juanma que nos habían sacado unos 30 metros de ventaja al inicio de
las curvas a mitad de subida, pero no me apeteció, preferí subir controlando
para ver qué tal evolucionaba de sensaciones. Al ir ellos por delante y con esa
referencia, les dimos caza casi terminando el duro tramo del Cerrillo,
aflojamos un poco antes del stop de los Rancajales para esperar a Salva que venía
por detrás, pero ellos no se dieron cuenta y siguieron camino. Les vinos dar
media vuelta mientras esperábamos a que llegara nuestro compi. Con todos ya
juntos de nuevo, nos dirigimos hacia el final de la ruta, no sin antes darnos
un buen calentón tanto Kiki como yo en el repecho de Remedios.
Hasta el final de la ruta, me
puse en cabeza y tiré del grupo todo lo que pude. En un principio pensé que sería
por unos metros, pero llegué en cabeza hasta el puente sobre la M-607, no por
nada, ni por ganar a nadie, sino porque la Canyon realmente va como un tiro y a
poco que de das guerra, responde como una bala.
Al final llegamos a Colmenar y
como ya es mi hoja de ruta habitual, con las prisas a coger el coche y bajarme
a Madrid a casa. Mucho me temo que se me han acabado las cervecitas del Charly…
Muy buena ruta, gran compañía y
85 kms a la saca. Una semana menos para la QH.
La semana que viene la Clásica
con los Rancajales. Lo que sea aquí lo contaremos.
Gracias a todos.
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