Una nueva ruta que compartir con
los compañeros del Club Arnelas con una de esas rutas que teníamos todos en
mente, la que da nombre a nuestro Club y que nos enfrentaría a 3 puertos
preciosos de nuestra zona, Morcuera, Navafría y Canencia y 135 kms por delante.
Gran día para disfrutar de la
bici con un tiempo casi perfecto a no ser de un ligero frescor a primeras horas
de la mañana. Nos citamos como siempre en El Canto los que seguimos preparando
la QH. Ayer sólo con 5 componentes, Paco, Ramón, Alberto, D. José y yo.
Quedamos más pronto de lo
habitual para afrontar sin prisas la jornada y no llegar muy tarde a casa. Como
siempre nos dirigimos hacia Soto por el carril bici para empezar a calentar los
músculos e ir cogiendo el ritmo. Llegados a Soto, nos dirigimos hacia
Miraflores para afrontar el primer repecho del día y que nos hizo exprimirnos
desde primera hora, la cuesta de los pobres, como lo llaman por aquí o el tramo
que te lleva desde la salida de Soto hasta la rotonda de la gasolinera camino a
Miraflores.
Foto: muy buen día ayer. |
Alberto quiso quedarse a su
ritmo, pero le animamos a que se exprimiera un poco para que subiera con
nosotros ya que nuestro ritmo no era muy fuerte y poder así ir todos juntos.
Llegados a la gasolinera afrontamos el tramo más complicado y en peor estado de
toda la zona de la sierra y que nos llevó
hasta Miraflores y es que cada día que pasa está peor. Nos han comentado que se
arreglara en breve, pero parece que la decisión final no termina de llegar,
haciendo que los ciclistas lo pasemos realmente mal, sobre todo en el tramo de
bajada.
Llegamos a Miraflores y tomamos
la subida a Morcuera, nuestro primer examen del día. Paco y yo paramos un momento
para soltar “lastre”, los demás continuaron con la subida. Nos costó un poquito
llegar a su altura. En un principio pasamos a Alberto que también había parado más
adelante y posteriormente conseguimos llegar hasta Ramón y D. José.
Foto: llegando a Miraflores. |
Gran subida. La hicimos todos
juntos y con un ritmo tranquilo, era el primer puerto y no era plan de vaciarse
desde el comienzo. Me encontré muy bien durante la misma y pese a marcar arriba
casi 48 minutos, 4 más que mi mejor tiempo, tenía la sensación que de haber
subido a buscar tiempo lo habría bajado con creces y es que me sentía muy, muy
fuerte. Las pulsaciones controladas durante toda la subida y sin llegar a meter
el 29 en ningún momento de toda la jornada de ayer.
Fotos: subiendo Morcuera. |
De hecho a unos 3 kilómetros de
coronar, nos pasó un ciclista francés que apareció suponemos de algún camino ya
que iba en MTB; le dejamos ir, pero en más de una ocasión me entraron ganas de
saltar tras él antes de que llegara a la cima.
Fotos: momentos antes de coronar. |
Llegados arriba, nos pusimos los
chalecos y emprendimos la bajada. Decidimos que en vez de esperar en las cimas
de los puertos. Era mejor bajar y esperar en zonas con temperaturas más
agradables, aunque a medida que avanzaba el día eran cada vez más altas.
Bajada muy tranquila. Como cambia
una carretea de uno a otro lado de la montaña. Si la subida está muy bacheada y
con varios agujeros, la bajada a Rascafria es espectacular. Mucho mejor lo que
te hace ir más tranquilo y seguro. Aun así tranquilitos a pesar que Paco y Ramón
bajaron más rápido que el maestro y yo. D. José, poco amigo de los descensos se
lo tomo aun con mayor tranquilidad y es que para esas horas, alguna vaca había suelta
por la carretera y más de una se encontraba pastando muy cerca del asfalto. Aflojé
un poco en el tramo final para que llegara hasta mi altura y poder hacer juntos
el falso llano que te lleva hasta Rascafria, y es que ese tramo, al igual que
el que viene de la bajada de Cotos, se hace pestosillo. Cuesta volver a coger
el ritmo por mucho que bajes dando pedales para que los músculos sigan
activados. Por suerte es poco y llegamos al stop donde ya nos esperaban Paco y Ramón.
Aprovechamos a que llegara
Alberto, que lo hizo al poco y es que baja como una moto, para comer y beber.
Ayer puse especial cuidado en comer y beber más asiduamente y me resulto de
gran ayuda. Con todos ya juntos nuevamente, nos dirigimos en búsqueda de la
segunda dificultad montañosa, Navafría.
Salimos de Rascafria por el tramo
adoquinado que se hace bastante molesto y a buen ritmo y a relevos entre Ramón-José
y Paco-yo, llegamos a Lozoya, donde paramos brevemente a rellenar los bidones.
Yo aproveche nuevamente para soltar lastre, lo que me hizo perder distancia
nuevamente con los de delante. No fue tanto el calentón como el de Morcuera,
pero me costó un poquito.
La subida a Navafría me parece
espectacular. Era la segunda vez que la hacía y la disfruté mucho más que el año
pasado, y es que junto a Canencia son mis puertos favoritos. Subida larga casi
12 kms, y en constante ascenso desde el principio con buenos porcentajes. Al
igual que en Morcuera, me encontré muy bien, regulando y controlando las pulsaciones.
Muy fuerte de piernas y disfrutando de la subida junto a mis compañeros.
Alberto se quedó como es lógico desde casi el principio y los 4 restantes
subimos juntos y tranquilos. Junto con Paco fuimos entre ambos marcando el
ritmo de la subida y disfrutando de cada pedalada que nos llevaba hasta el
alto.
Fotos: subiendo Navafría. |
Mucha gente por la zona y es que
supongo que la proximidad de la QH, anima a la gente a venir por esta zona.
En el alto o nos dio tiempo de hacernos la foto de rigor y es que como he dicho
anteriormente, era coronar y rápidamente afrontar el descenso. Muy despacio ya
que es un puerto con mucha curva y muy cerradas en muchas ocasiones, por lo que
había que tomárselo con tranquilidad.
Foto: preciosas vistas del Valle del Lozoya. |
Paramos nuevamente en la fuente
de Lozoya para seguir comiendo y bebiendo y esperamos a que llegara Alberto. En
ese tiempo también llegaron los compañeros del Club de Colmenar, como Raúl que nos
comentó que se iban hacia Cotos. También aprovechó Paco para llamar a nuestros
compis que salían más tarde, pero ya habían pasado de largo y se encontraban en
Rascafria para subir no recuerdo si Cotos o Morcuera.
Con la llegada de Alberto, le
dimos un margen para que comiera un poco y ya listos, continuamos ruta hacia Canencia
para afrontar la tercera subida del día. Nuevamente a relevos llegamos casi sin
darnos cuenta al desvío que nos conduciría hacia el puerto tras afrontar los 14
kms de subida como nos indicaba el cartel.
Llegados a este punto del día y
de la ruta, os sucede lo más surrealista que he vivido hasta la fecha sobre dos
ruedas. En la subida a Canencia pueblo, transitando por una carretera estrecha,
sin arcén y casi sin circulación, Paco va a la altura de Alberto, yo detrás seguido
de Ramón y cerrando el grupo D. José, justo cunado de frente aparece un coche
de la Guardia Civil, haciéndonos señas para que nos pegásemos a la derecha.
Pues bien lo que sucedió solo los cinco en cuestión lo sabemos, pero a groso
modo contaré que la susodicha pareja de agentes
de la autoridad, nos dieron el alto metros más adelante y gustosamente nos
explicaron el código de circulación vigente para ciclistas, en un tono más
propio para reclutas que para ciudadanos de a pie. Código que por cierto y tras
las comprobaciones necesarias no se sabían, alardeando de su autoridad.
Foto: ¨Cuidadoorr, que viene la autoridad..!!¨ |
Tras la amable y didáctica charla con la autoridad, proseguimos camino,
afrontando la subida propiamente dicha. Una subida que me resulta cada vez más
bonita. No es nada exigente a no ser el último kilómetro aproximadamente. Fue
en la parte donde la carretera empezó a empinarse cuando Alberto se fue dejando
caer y posteriormente tras el ritmo que impuse a mitad de ascensión, fue Ramón
quien decidió subir a su ritmo. Al final llegamos a la cima Paco, el maestro y
yo tras un último y buen apretón.
Fotos: subida a Canencia. |
Bajada hacia Miraflores tras
rellenar los bidones con agua fresquita despacito como es habitual, y
afrontamos la tortura de llegar hasta
Soto por la odiosa carretera. Alberto fue el más listo y decidió terminar con
El Cerro por lo que se ahorró los temibles e interminables baches de la bajada.
Ya en Soto, entramos en el carril
bici y como dice D. José, es llegar al asfalto rojo del carril y empezar a
rodar a toda pastilla. A buen ritmo rodamos los últimos kilómetros, afrontamos
la cuesta de los melonares, último escollo de la jornada como decía Ramón y
llegamos a Colmenar tras una espectacular y perfecta ruta.
Grandísimo día de bici. Pletórico,
parece que el entrenamiento que he llevado a cabo me hubiese servido
perfectamente para la QH y es que termine sin dolores, cansancio o indicio de
calambre alguno. Es más, me sentía con fuerzas para haber afrontado El Cerro,
pero se me hacía muy tarde.
La semana que viene, pues
intentaremos hacer una ruta larga que les sirva de fondo a los compis de cara a
la QH, pensamos unos 150-160 kms, y en un principio incluir Canencia y Cotos.
Sea lo que sea aquí lo
contaremos.
Muchas gracias a todos.
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