Una nueva salida con los
compañeros del Club Arnelas. Pese a estar casi inmersos en la preparación de la
QH de este año, los que preparamos dicha cita, para no dejar de lado a los compañeros
del club, nos citamos como siempre en El Canto a las 10, para compartir la
ruta.
El día se presentaba frío y con
aviso de tormenta, de hecho las nubes de la sierra amenazaban con darnos un
buen susto durante la mañana, por lo que con el chubasquero puesto y tras los
saludos de rigor, nos pusimos como siempre en marcha dirección a Soto por el
carril bici.
Pese al viento y al frio, pronto
me di cuenta que el chubasquero me iba a sobrar. No habíamos llegado al carril
bici y ya estaba sudando. Pensé en parar a quitármelo pero me comentó D. José que
Juan se había adelantado al grupo para echar aire a las ruedas y que nos esperaría
en Soto, por lo que allí tendría ocasión de subsanar el error.
Ya en el carril bici, de charla
con los compañeros, en especial con Salva para ir dilucidando los detalles previos
a la QH. Llegados a la estación de Soto, en la gasolinera, me dejo caer para
ver si D. José encuentra a Juan, cosa que no sucede, por lo decidimos continuar
hacia Soto, pero cual sería nuestra sorpresa que llegados al cruce de las
chapas, el grupo gira a la izquierda dirección Manzanares, lo que significaba
dejar a Juan solo a su suerte.
Para subsanar la confusión, D.
José se puso en cabeza y para que cuando llegásemos a la rotonda tomar a la
derecha hacia Soto en búsqueda de Juan. Le encontramos a la altura del polideportivo,
el motivo de dicho cambio fue, como me comentó Mariano, que el carril estaba
muy sucio y peligroso en ese tramo. Me vino de perlas ya que aproveché para
guardar el chubasquero que al final no llegue a utilizar, pero por muy poco.
Foto: con la indumentaria templaria. |
Ya con todo el grupo compacto,
nos dirigimos hacia Manzanares con un rodar alegre pero sin un esfuerzo
excesivo, 70-75 % de frecuencia cardíaca. Fuimos ganado terreno poco a poco gracias a los relevos. Pasamos
Manzanares y continuamos hacia Cerceda con el mismo ritmo. La meteorología nos
respetaba aunque las nubes negras continuaban amenazantes en la zona de la
sierra.